La filosofía como medicina para el alma

En el afán de la vida moderna, algunas veces perdemos perspectiva y caemos presa de una prisa sin sentido. A raíz de una estimulación constante que nos mantiene en una carrera de codazos, el estrés negativo envenena nuestro organismo y nubla nuestra mente. Idealmente, no deberíamos esperar hasta llegar a este estado para tomar una pausa y reflexionar acerca de la claridad, los buenos principios, el buen juicio y la buena salud. El estoicismo nos da herramientas que debemos practicar a diario a manera de higiene emocional, mental y corporal. 

No tienes por qué estar enterado de todo

En un mundo donde tenemos información constante bombardeándonos sin descanso, muchos piensan que se debe conocer de todo. El decir "no sé" o "no me interesa" se dice con cierto temor a ser señalado de tonto o ignorante. Debemos tener en cuenta que no tenemos obligación alguna de saberlo todo. Debemos escoger con cuidado las cosas a las que prestamos atención. Le debemos a nuestra sociedad  y a nuestra familia estar informados acerca de las cosas que las afectan directamente, sin embargo, hay demasiada información banal, inútil e innecesaria que sólo nos roba espacio y tiempo para sentirnos más presentes y descansados.  

No te compliques

Si bien es importante tomarse un tiempo para analizar las cosas para tomar decisiones informadas, podemos caer en la trampa de quedar atrapados rumiando sobre una situación por demasiado tiempo. El problema radica en que no le prestamos la atención debida a la tarea que estamos realizando en el momento y terminamos teniendo pobres resultados por falta de concentración.

Marco Aurelio recomiendo dedicar toda nuestra atención a la labor que estemos haciendo en un momento específico. Debemos pensar que es la última tarea que vamos a realizar. No es una tarea sencilla por la tendencia de divagar que tiene la mente no disciplinada.

Observa al sabio

Séneca aconsejaba tener un modelo a seguir que represente la encarnación de las virtudes que estamos cultivando. Este modelo pueden ser nuestros padres, un escritor, un atleta, una figura religiosa, un personaje mitológico, etc. Lo importante es observar la manera como se relacionan o se relacionaban con su entorno y la manera en que deciden o decidieron actuar ante los inevitables retos de la vida.  

Es importante tener en cuenta que nosotros podemos servir de modelo para los demás. Nuestro comportamiento debe estar alineado con nuestro ideales. 

Las tres áreas de entrenamiento

Epíteto consideraba que hay tres áreas que abonadas conducen hacia la sabiduría y la bondad. La primera de ellas tiene que ver con nuestros deseos y nuestras aversiones. Debemos saber que cosas debemos desear y a que cosas le debemos tener aversión. No es aconsejable dejar las reacciones antes los acontecimientos de la vida a los automatismos negativos que aún no hemos corregido. La segunda área tiene que ver con nuestras motivaciones. ¿Qué nos impulsa a actuar: una costumbre no examinada o una razón o razones claras? La última área tiene que ver con el juicio. ¿Entendemos claramente que cualquier juicio es el consentimiento que le damos a nuestra percepción? La razón es una herramienta de uso diario. 

El poder de un mantra

En algunas prácticas meditativas, la meditación trascendental es un ejemplo, es de uso común la repetición de una frase que busca acallar el diálogo interno para traernos al presente. El objetivo de esta práctica es romper el ciclo de evento-reacción automática que caracteriza mucho de nuestro actuar. 

La aproximación estoica a esta práctica se puede ver en la frase utilizada por Marco Aurelio cuando tenía que hacerle frente a situaciones complicadas e inesperadas que surgían en su camino. Dicha frase es: "Tengo el poder interior para mantener esto por fuera de mi. Puedo ver la verdad." 

El tener una herramienta como esta en los momentos de conflicto es de gran utilidad puesto que nos permite tomar distancia y actuar desde una perspectiva más racional. 

Respira y cambia la perspectiva. 

El único premio

Nuestro estilo de vida es el resultado de nuestras prioridades. Lo más importante es identificar lo que nos llena de propósito y saber que este no depende de medios materiales fuera de nuestro alcance inmediato. Si desviamos nuestra visión hacia la consecución de los medios, podemos dejarnos seducir por sus promesas. Si este es el caso, los convertimos en un fin que nubla nuestra épica personal. 

Esfuérzate por alcanzar un entendimiento profundo

Quintus Junius Rusticus fue el profesor que introdujo a Marcos Aurelio a los preceptos del estoicismo tal como los describe Epicteto en sus discursos.  Rusticus siempre buscó que sus estudiantes no se conformaran con la superficialidad en cuanto al conocimiento. Por el contrario, los exhortaba a que se enamoraran de la exploración reflexiva y disciplinada para alcanzar una claridad y un entendimiento profundos. 

Desde esta aproximación, debemos ser cuidadosos de no aceptar las cosas a la ligera sencillamente porque quien las dice es hábil en presentar su caso. El ejercicio del pensamiento crítico es fundamental al momento de decidir cuáles ideas rectoras queremos convertir en guía y acción.  

La verdad del dinero

Es importante recordar con frecuencia el dinero es necesario, sin embargo, caer en la trampa de perseguir amasar cantidades astronómicas concibiéndolo como una suerte de panacea, es una mala apuesta.  

Los beneficios que trae el dinero son usualmente marginales. La solución a los problemas interiores no se solucionan por medio de bienes materiales. 

Sopesar los días

"No sólo me vigilaré constántemente sino que también, cosa más útil, evaluaré críticamente cada día ya que lo que nos hace malvados es no hacer esta reflexión. Reflexionamos sólo sobre lo que vamos hacer, sin embargo, nuestros planes futuros vienen del pasado." Seneca, Cartas Morales, 83.2

Una estrategia utilizada por los estoicos es la tener una diario personal en donde consignemos en qué medida nos hemos alejado de un mal hábito, en qué medida hemos mejorado y cómo podemos hacernos mejores. En el diario es también necesario hacer una evaluación honesta sobre nuestras acciones para determinar si fueron justas o no.

Ritual de la mañana

Es aconsejable tener una suerte de ritual en la mañana que nos permita mirar hacia adentro para evaluar nuestro actuar.  Un ejemplo de es el conjunto de las siguientes preguntas que se hacía Epíteto todos los días:

a. ¿Qué me hace falta para liberarme de las pasiones?

b. ¿Qué me hace falta para obtener la tranquilidad?

c. ¿Qué soy? ¿Un cuerpo, un propietario, o una reputación? Ninguna de estas cosas. ¿Qué soy entonces? Un ser racional

e. ¿Qué se me exige? Reflexionar sobre mis acciones

f. ¿Qué me aparta de la serenidad?

g. ¿Qué de lo que hice que fue antipático, antisocial, o insensible?

h. ¿En qué fallé en lo anterior?

Reemprender el camino

Sin importar que tan decepcionante nuestro comportamiento haya sido en el pasado, nuestros principios rectores no han cambiado. Lo que pasó ayer está en el pasado. Podemos recomenzar cuando queramos. ¿Por qué no hacerlo ahora mismo?

Sobre toda circunstancia

Sin importar en que situación nos encontremos -ya bien sea venturosa o desafortunada- debemos enfocarnos sólo en lo que está bajo nuestro control.  Tenemos la oportunidad de elegir como respondemos a la naturaleza cambiante de las cosas.