"Hecato dijo, "deja de tener esperanza y cesará el miedo"....La causa principal de estos males es que en lugar de adaptarnos a las circunstancias presentes, enviamos nuestros pensamiento demasiado adelante." Séneca, Cartas Morales, 5.7b-8
Decía Terence McKenna que la preocupación es la forma de arrogancia más grande porque presuponía que ya sabíamos lo que iba a pasar. La esperanza trabaja de manera análoga ya que busca proyectar un resultado deseado en el futuro.
Podríamos pensar que no tiene nada de malo hacer estas últimas proyecciones, sin embargo, al igual que la preocupación, nos ciegan ante lo que está sucediendo en el momento presente. Al proyectarnos de manera ideal o de manera macabra, estamos dejando de existir en el presente mientras agotamos nuestros recursos para actuar con toda nuestra atención en el ahora.
Acostumbrémonos a habitar nuestro presente sembrando las mejores acciones de las que seamos capaces. Alineemos nuestro actuar con nuestros objetivos basados en nuestro sentido de propósito. Mañana ya llegará.
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