Es aconsejable tener una suerte de ritual en la mañana que nos permita mirar hacia adentro para evaluar nuestro actuar. Un ejemplo de es el conjunto de las siguientes preguntas que se hacía Epíteto todos los días:
a. ¿Qué
me hace falta para liberarme de las pasiones?
b. ¿Qué
me hace falta para obtener la tranquilidad?
c. ¿Qué
soy? ¿Un cuerpo, un propietario, o una reputación? Ninguna de estas cosas. ¿Qué
soy entonces? Un ser racional
e. ¿Qué
se me exige? Reflexionar sobre mis acciones
f. ¿Qué me aparta de la serenidad?
g. ¿Qué de lo que hice que fue antipático, antisocial, o insensible?
h. ¿En
qué fallé en lo anterior?
No comments:
Post a Comment