En Colombia aún muchas personas equiparan la buena educación con el número de títulos obtenidos en universidades de prestigio. El tener un "cartón" profesional se convierte en un símbolo de estatus más que de excelencia académica. Esta percepción afecta a la sociedad en general ya que si las personas pierden respeto por el conocimiento, se crea el ambiente perfecto para que charlatanes demagogos las atrapen en sus hilos emocionales de irracionalidad que, como nos cuenta la historia, llevan hacia el totalitarismo.
Una buena educación está caracterizada por el ejercicio de la conciencia y la reflexión que nos permite identificar los errores que cometemos al seguir determinados patrones de pensamiento que convertimos en acción impulsiva. El elemento de autocorreción nos permite disminuir el número de tonterías que cometemos cuando nuestra cognición está actuando en contra de si misma. Una buena educación es una responsabilidad personal que es informada por el diálogo entre nuestra experiencia, el conocimiento recibido y la reflexión sincera.
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