"No te avergüences de necesitar ayuda. Tienes un deber que cumplir como el soldado en el campo de batalla. ¿Qué pasaría entonces si estuvieras herido y no pudieras erguirte sin la ayuda de otro soldado?" Marco Aurelio, Meditaciones, 7.7
Si bien es importante explorar y cultivar las diferentes facetas de nuestro potencial, es de igual importancia reconocer que en ocasiones, pedir ayuda es la manera más sensata de enfrentar un reto. La soberbia nos hace una mala pasada cuando nos lleva a pensar que no necesitamos de nadie para alcanzar nuestras metas. Pensamos por momentos que reconocer que precisamos de asistencia es una señal de debilidad cuando, a decir verdad, es sólo una muestra de falta de sensatez.
El hecho de pedir ayuda en el momento necesario aumenta la cohesión social al fortalecer los lazos de reciprocidad. El saberme parte de una comunidad en la que puedo confiar, crea las condiciones para que yo pueda continuar mi proceso de individuación. Este proceso me dota de más herramientas para poder tenderle mi mano a mis semejantes cuando ellos lo consideren conveniente.
En este viaje extraño que es la vida es reconfortante saber que nos tenemos. Estemos prestos a brindar y a pedir ayuda cuando las tormentas lleguen.
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