Nacimos para el bien

"El ser humano nació con una inclinación hacia la virtud." Musonio Rufo, Charlas, 2.7.1-1

A partir de la experiencia personal, muchos nos hemos dado cuenta del impacto que tiene el hogar y la escuela en lo que nos convertimos eventualmente. Los niños nacen con ciertas disposiciones de personalidad que se afinan en el contacto social. Si el ambiente social en el que crecen es el adecuado, las probabilidades de que se conviertan en adultos equilibrados y resilientes es mucho mayor. 

Nuestra responsabilidad en cualquiera de los estadios de la vida en el que nos encontremos es trabajar continuamente para avanzar en el camino de la virtud y la sabiduría. Si queremos cambiar los aspectos menos deseables de nuestro mundo, debemos empezar por nosotros mismos. Al momento de asumir la responsabilidad de nuestro propio crecimiento, estamos inyectando al mundo de una energía para bien que sirve para mantener a raya las tendencias más mezquinas. 

Avivémosnos las llamas mutuamente. 

Sobre el uso de nuestro tiempo

"¿No te da vergüenza dejar para ti únicamente las sobras de tu vida y dedicarle a la sabiduría sólo el tiempo que no se le puede entregar a los negocios?" Séneca, Sobre la Brevedad de la Vida, 3.5b

Si como parte del sentido que le estamos dando a nuestra vida, hemos adoptado el camino de la filosofía, ésta se ha de convertir en nuestro sistema operativo por medio del cual actuamos en el mundo. 

La única manera de saber si una idea funciona es encarnándola, en esa medida, la filosofía no debe ser una simple vagabundeo superficial pseudo intelectual, sino un conjunto de herramientas para relacionar nuestra experiencia con los demás y el mundo que los contiene.  

Cada una de las cosas que llevamos a cabo día tras día es un escenario sobre el cual observar los resultados de la interacción del entorno con nuestro pensamiento accionado y a partir de ahí, ajustar lo que sea necesario para mantener o cambiar el curso en el que estamos. 

Continuemos la exploración. 

Nuestro carácter es nuestro destino

"El carácter no se puede desarrollar en la quietud y el silencio. Sólo por medio de las pruebas y el sufrimiento se fortalece el alma, se aclara la visión, se inspira la ambición y se consigue el éxito." Hellen Keller

La suerte es un elemento innegable al momento de tener éxito en cualquier proyecto. Tenemos miles de ejemplos de personas que han logrado llegar a sus metas sin merecerlo. Entre más pronto aceptemos este hecho, más pronto empezaremos a trabajar sin resentimiento en la construcción de nuestro carácter. 

Nuestro carácter es el espíritu forjado por mil batallas en donde las características más deseables en un ser humano superan las flaquezas que abundan en quienes huyen del combate por medio de mediocres artimañas. 

Un carácter bien formado nos convierte en personas confiables y prestas a hacerle frente a los retos de la vida de manera digna. Un carácter bien formado nos permite convertirnos en personas valiosas para nuestras comunidades. Un carácter fuerte nos permite apreciar a profundidad el regalo de la vida. 

Ejercitemos nuestro carácter. 

Dependemos unos de los otros

Cuando tomamos la responsabilidad de nuestra propia educación y ahondamos en el desarrollo del pensamiento humano por medio de la psicología y la filosofía principalmente, nos damos cuenta del potencial inmenso que tenemos y nos volvemos mucho mucho más comprensivos en términos de nuestras faltas y las de los demás. 

Nuestra naturaleza gregaria nos lleva a establecer vínculos con las demás personas para sobrevivir. Una vez establecidas las comunidades, debemos velar por el bienestar de los miembros, empezando por nosotros mismos. Nuestro deber se ha de centrar en nuestro continuo mejoramiento para contar así con el balance psicológico, emocional, espiritual y físico que nos permite ser de utilidad para nuestras comunidades.  Lo ideal es que cada uno de nosotros se pueda convertir en un punto de apoyo cuando alguien esté pasando por algún periodo caótico. 

Es preciso aclarar que no estamos hablando de volvernos en alcahuetes de nadie o pidiéndole a alguien que sea el nuestro. Estamos hablando de ofrecer un espacio de acompañamiento donde podamos reunir una vez más la energía necesaria para levantarnos con nuestros recursos interiores, fortaleciendo de esta manera a la comunidad entera. Recordemos que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil.  

Cuidémonos.

Cosechamos lo que sembramos

Toda acción tiene su reacción y sus efectos ondulantes vuelven, tarde o temprano, a aquel que los motivó. Si decidimos vivir una vida proba, mal haríamos en buscar atajos para hacer las reglas más flexibles para nosotros. Debemos vivir nuestros principios en lo público y en lo privado. 

Si, en mi caso, le hablo a mis estudiantes acerca de la importancia de la preparación de clase, la puntualidad, el esfuerzo, etc., y mis acciones diarias contradicen lo anterior, ¿con qué autoridad moral o ética voy a exigirles que encarnen los principios y las prácticas que yo considero deseables? 

Mi responsabilidad como profesor, esposo, hijo y ciudadano es trabajar intencionalmente para mejorar en cada uno de esos roles. En esa medida, las personas que me rodean se dan cuenta de primera mano, que la filosofía no es una retórica vacía para sonar interesante, académico o intelectual, sino una herramienta para la construcción de una realidad de la que nos podamos sentir orgullosos como especie. 

Sembremos las semillas de un bien mayor. 

Las tres columnas de la filosofía

"Los más grandes autores han aseverado que la filosofía está compuesta de tres partes: la moral, la natural y la racional. La primera le da orden al alma. La segunda examina a cabalidad el orden natural de las cosas. La tercera se pregunta por el significado adecuado de las palabras, su disposición y sus pruebas lo cual mantiene la falsedad a raya." Séneca, Cartas Morales, 89.9

Los tres grandes pilares de la filosofía apuntan a un sólo objetivo: ayudarnos a desarrollar una vida buena gobernada por la razón, sostiene Ryan Holiday. 

De la observancia que le demos a este paradigma, depende la calidad de vida que estamos llevando. Cada una de estas partes es fundamental para mantener la solidez, armonía y dinámica de nuestro proyecto. Cada una de las partes está intercomunicada con la otra en una retroalimentación constante. 

Continuemos escuchando atentamente la conversación de esta retroalimentación y pongamos las lecciones en práctica. Esta observación-actuación de la vida en movimiento es a lo que apuntaba Heráclito cuando nos decía que no podíamos bañar en el mismo río dos veces. 

Rememos. 

Nuestras dos tareas principales

"Entonces, ¿qué el lo que nos permite superar los obstáculos? La riqueza no lo es., como tampoco lo son las altas posiciones en el estado o en el reino. En el caso de nuestra existencia, es el conocimiento sobre como vivir." Epicteto, Discursos, 4.1.62-64

Nos dice Ryan Holiday en la meditación del día de hoy que tenemos dos tareas fundamentales en nuestra vida. Por un lado, ser buenas personas y por otro, llevar a cabo una ocupación que amemos. El resto, nos dice, es un desperdicio de tiempo, energía y potencial.

Teniendo en cuenta esta aproximación a la vida, es sencillo evaluar las cosas que hacemos a diario como útiles, si están alineadas con esos objetivos, y cómo inútiles o perniciosas, si nos alejan de ellos. 

Todos los días tenemos la oportunidad de ejercitar las virtudes que consideramos necesarias para encarnar una vida con significado y propósito. La manera como le hago frente a las pequeñas frustraciones diarias, la manera como me dirijo a todos los que me rodean, la manera como respondo a la ofensa, la manera como asumo la derrota, la manera como lidio con la enfermedad, todas ellas pueden ser vistas como una especie de entrenamiento para tormentas más fuertes. 

Hagamos la tarea. 

La fuente de la bondad

"Cava profundo en tu interior ya que allí se encuentra una fuente de bondad siempre dispuesta a brotar si continúas cavando." Marco Aurelio, Meditaciones, 7.9

La contemplación es una de las más importantes fuentes de perspectiva, reflexión, consciencia del presente y cultivación del asombro. Es un ejercicio que nos permite entrar en contacto con capacidades interiores que sólo emergen cuando ingresamos voluntariamente al ejercicio del silencio. 

Durante las prácticas contemplativas, un sentido profundo de amor por todo lo que existe permea el momento. Entramos en contacto con una parte en nuestro interior que quiere hacer algo bueno en el mundo como retribución por el hecho de haber nacido y haber tenido la oportunidad de experimentar la existencia. 

Incluyamos la contemplación en nuestro proceso. Sintamos de primera mano el palpitar de la vida. 

Sobre las cualidades producto del esfuerzo

"¿La gente no muestra admiración por la agudez de tu mente? Pues bien, que así sea. Sin embargo, tienes a tu alcance otras cualidades que no son innatas. Exhibe las cualidades que están bajo tu control: la honestidad, la dignidad, la resistencia, la castidad, la satisfacción, la frugalidad, la amabilidad, la libertad, la resistencia, la persistencia, el rechazo al cotilleo y la magnanimidad." Marco Aurelio, Meditaciones, 5.5

Hay una clase de atributos que son dependientes de nuestra herencia genética. Nuestro color de ojos, nuestra complexión, nuestra facilidad natural para determinadas cosas, etc. En este sentido, son las cartas biológicas que nos fueron dadas y con ellas debemos jugar lo mejor que podamos en nuestra vida siguiendo el consejo de Friedrich Nietzsche. 

Por otro lado, hay atributos que dependen de nuestro esfuerzo, trabajo y, lo más importante, de nuestra decisión de adquirirlos. Podemos decidir ser honestos, ser resilientes, ser confiables, ser responsables, ser agradecidos, ser valiosos para nuestras comunidades, etc. 

Estos últimos atributos tienen la particularidad de ser más apreciados ya que son producto de un esfuerzo consciente. Nuestro deber, si así lo estimamos, es trabajar justamente por adquirirlos sabiendo que con ello, estaremos haciéndole honor a nuestra experiencia de vida, a la inteligencia que nos permitió existir. 

Cultivémonos. 

Sobre los motivos del automejoramiento

"Algunos pueden ser buenos para llevar al piso a un oponente, pero eso no implica que tengan una orientación hacia la comunidad, o que sean modestos, o que estén preparados para cualquier circunstancia, o más tolerantes ante las faltas de los demás." Marco Aurelio, Meditaciones, 7.52

En nuestro camino de automejoramiento debemos revisar con frecuencia las motivaciones que nos animan. Idealmente la motivación de nuestras acciones debe estar centrada en convertirnos en mejores personas para el servicio de nuestras comunidades y la mentoría mutua. 

Cuando la motivación está más cercana a los propósitos anteriores, es menos probable que un ego desmedido se apodere de nuestro actuar y nos desvíe del camino de la virtud y la sabiduría. 

Descubramos lo mejor en nosotros por medio del trabajo y el esfuerzo para así fortalecer el tejido social. 

Sobre nuestro legado

El foco de nuestra atención debe estar puesto sobre el presente. Hacer las cosas bien en el presente es la única manera de mejorar las posibilidades de alcanzar un futuro deseado. Si nos quedamos imaginándonos futuros perfectos, estaremos perdiendo de vista lo que tenemos en el aquí y el ahora. 

Lo anterior no quiere decir que no debemos trazarnos metas, por el contrario, las metas claras son fundamentales para saber donde enfocar los esfuerzos presentes. Las metas claras nos ayudan a saber si estamos avanzando en nuestro proceso. Las metas claras nos permiten saber que no estamos arando sobre el mar. 

Carpe Diem. 

Las marcas de una buena vida

Decía Joseph Campbell que la vida no tiene significado, que somos nosotros quienes traemos significado a la vida. Dicho significado se revela, desde una perspectiva estoica, en la medida que encarnemos los principios de la justicia, el autocontrol, el coraje, la libertad y nos abstengamos de hacer el mal. 

Dicha estrategia para revelar nuestro propósito en la vida puede sonar bastante simplista, sin embargo, antes de sacar conclusiones apresuradas, nos convendría llevarlo a la acción y a partir de ahí, ver en qué medida al hacerlo nuestra vida cobra significado. 

El resultado de esta escepticismo proactivo, hablo por experiencia propia, nos permite tener acceso a potencias interiores que no sospechábamos que existieran. Dichas potencias actúan en consonancia con los principios descritos al inicio de esta reflexión. 

En esta medida el significado es un producto de la puesta en marcha de dichos principios que una vez interiorizados, se convierten en el viento que hincha nuestras velas. 

Vivamos nuestro significado. 

Los buenos hábitos deshacen los malos

En nuestro desarrollo personal debemos prestar atención detallada al los tipos de hábitos que tenemos y las consecuencias de los mismos. Este ejercicio de observación nos sirve para identificar las áreas que debemos trabajar por medio de la práctica deliberada. 

Después identificar el hábito del que no nos sentimos orgullosos, el siguiente paso es crear un plan estratégico compuesto de acciones opuestas que deconstruyan el hábito negativo y en su lugar dejen uno más cercano a los resultados ideales que perseguimos en nuestro proceso de crecimiento. 

Para el proceso de generación de un nuevo hábito debemos ser pacientes, disciplinados y metódicos. Intentar deshacerse de algo de forma apresurada usualmente trae como consecuencia resultados indeseables. Debemos tratarnos con el entendimiento y el respeto que usamos con las personas que queremos. Debemos reconocer nuestros pequeños triunfos y extraer la enseñanza de nuestros tropiezos. 

Juguemos a ser todo lo que podemos ser. 

Acerca de la amistad

"No hay nada peor que un lobo haciéndose amigo de las ovejas. Evita las falsas amistades a toda costa. Si eres bueno, franco y bienintencionado, tus ojos lo deben reflejar más allá de la duda." Marco Aurelio, Meditaciones, 11.15

La amistad no algo que se da gratuitamente. Al entender un poco la naturaleza de la psicología humana, nos damos cuenta que no nos podemos fiar de todo el mundo. La amistad es algo que vamos cultivando por medio de interacciones enmarcadas en la confianza, la franqueza y la honestidad.

Partiendo de lo anterior, también debemos reconocer que hay motivaciones e impulsos que actúan a nivel inconsciente que, si no se trabaja intencionalmente por deshabilitarlos, nos llevan a cometer toda clase de errores, errores que pueden poner en entredicho el vínculo que tenemos con nuestros amigos. Nuestros amigos no son perfectos; nadie lo es. Es por esto que debemos evaluar la severidad con la que fácilmente condenamos a los demás y darnos cuenta que nosotros también cometemos errores.

Tirar por la borda una amistad por culpa de un desliz en juicio no conduce a relaciones duraderas. Si bien hay faltas que pasan la raya de lo tolerable, hay otras tantas que sobredimensionamos por tener un ego demasiado frágil.  

!Qué nos acompañe la sabiduría al momento de saber distinguir las faltas!

Los beneficios de la amabilidad

Todos los días tenemos la oportunidad de ofrecer un trato amable a todas las personas con las que nos encontramos. Podemos decidir, incluso justificadamente, que algunos no la merecen, sin embargo esto supondría que nuestro comportamiento está supeditado a una reacción externa sobre la que no tenemos ningún control. 

Si hemos decidido que la amabilidad es un bien por sí mismo, mal haríamos en limitar su ejercicio sólo con las personas que consideramos dignas de recibirla. Ser amables con todos con los que nos encontramos, incluídos aquellos que no actúan de manera recíproca, es algo que hacemos porque consideramos que es un algo cuyo beneficio en la sociedad es mayor que nuestro ego. 

La amabilidad no es debilidad. La vulgaridad no es fortaleza. 

Compartamos lo aprendido

Más que llevar a cabo un plan evangelizador, la mejor manera de compartir un grupo de ideas que consideramos valiosas y útiles es por medio de nuestro comportamiento diario. 

Podemos quejarnos hasta el cansancio de no estar viviendo en la arcadia donde ya hemos superado nuestra adolescencia como especie y vivimos de la forma más civilizada posible. Sin embargo, las quejas en sí mismas no conducen a ningún lado, por el contrario, generan un caos más profundo a nivel social. 

En esta medida, lo más sensato que podemos hacer para trabajar en pro de nuestra maduración como sociedad, debemos generar ese cambio en el único lugar donde tenemos injerencia: nosotros mismos. Al trabajar por ese fin, encontraremos herramientas que nos permiten superar escollos emocionales y psicológicos que podemos compartir con quienes aún tienen despierto el sentido de la búsqueda como camino. 

Enseñémonos a pescar los unos a los otros. 

Démosle a los demás el beneficio de la duda

"Nunca le atribuyas a la malevolencia lo que puede ser explicado adecuadamente por la estupidez."  Robert J. Hanlon

Todos, en mayor o menor medida, tenemos reacciones automáticas que no representan los más altos ideales que perseguimos. Una de las más frecuentes reacciones bochornosas está relacionada con situaciones donde pensamos que hemos sido objeto de algún acto de maldad premeditada. 

Al decidir automáticamente la intención del otro, estamos suponiendo que tenemos un lente objetivo que no está empañado por ningún sesgo cognitivo. ¡Tremenda fanfarronería! 

Nos convendría en estos casos, asumir, a manera de ejercicio, que el autor de la supuesta afrenta obró movido por su idiotez, ignorancia  o simple despistamiento. Esto nos permitiría desautomatizarnos y crear un ambiente más conducente al entendimiento mutuo. 

Antes de lanzar acusaciones, recordemos que hay parásitos en nuestra percepción. 

No nos amarguemos, ayudemos

En diferentes oportunidades, al encontrarnos en situaciones que juzgamos irritantes, nos hemos engañado pensando que el simple hecho de no estallar de una buena vez, es señal de la nobleza de nuestro espíritu cuando en realidad, lo único que hemos hecho es no visibilizar la profunda ira que sentimos en contra de alguien.

Si algo nos está empezando a irritar, lo más sensato y sano que podemos hacer es expresarlo de la manera más concisa y calmada que podamos. El acostumbrarnos a decir lo que se nos antoja molesto, irritante o inconsiderado, puede conducir a la creación de ambientes más armónicos debido a la retroalimentación que le estamos trayendo al sistema. ¿Cómo pretendemos que las cosas cambien, si no decimos lo que pensamos y no escuchamos a los demás? 

Transformemos la ira en oportunidad de crecimiento social. 

La venganza es contraria a nuestro camino

Cuando somos objeto de alguna injusticia o algún tipo de maltrato, podemos pensar que estamos justificados en devolver el golpe para igualar la tabla. El actuar de esta manera, viene a fortalecer la narrativa que sostiene que no podemos confiar en nadie, que lo mejor es ocuparnos egoístamente de nuestros asuntos así tengamos que usar a los demás como escalones hacia nuestras metas. 

Esta manera de pensar va en contra de nuestros ideales de sabiduría y virtud. Nótese bien que aquí no estamos hablando de reprimir ningún instinto vengativo. Estamos hablando de reconocer este impulso para entender su origen y así mitigar su fuerza. Al entender que la venganza dilapida recursos que podríamos utilizar en algo edificante, no tenemos que luchar en su contra; sencillamente desestimamos sus posibles beneficios y encauzamos nuestra energía hacia nuestros proyectos. 

Leí alguna vez que el resentimiento sólo hiere al que lo contiene. Es una idea que vale la pena interiorizarla ya que nos permite dejar atrás energías que tienden a generar más conflictos mientras debilita la confianza que nuestras comunidades depositan en sus miembros. 

Encarnemos nuestros principios por el bienestar y mejoramiento de nuestras comunidades. Guiemos por medio del ejemplo y no sólo de las palabras. 

Amemos siempre

"La vida del hombre sólo se justifica por el esfuerzo, aún desdichado, por comprender mejor. Y la mejor comprensión es la mejor adherencia. Cuanto más comprendo, más amo, porque todo lo comprendido es bueno." Jacques Bergier 

El ejercicio de la gratitud nos lleva poco a poco a limpiar los lentes de nuestra percepción que tiene la tendencia de prestar atención en gran proporción a lo que representa un posible peligro. Con la percepción ajustada por medio de la práctica diaria de la gratitud, viene un sentimiento de amor por más y más cosas que nos rodean, que nos suceden, que nos contienen. 

El tener la capacidad de amar profundamente fortalece nuestro espíritu y nos prepara para los momentos en que estamos atravesando alguna oscuridad. El tener nuestra memoria repleta de objetos de nuestro amor nos ayuda a no caer en el pesimismo, el resentimiento o la desesperanza. De esta manera, lo más sensato que podemos hacer es cultivar nuestro amor mientras extendemos nuestro entendimiento.

Sigamos encontrando más razones para amar. 

¡Qué la honestidad sea nuestra vela!

La franqueza y la honestidad se cuentan entre los principales pilares de nuestra práctica. Nuestro modo de operar automático debe estar basado en esas dos cualidades. Al ser francos, las personas que son parte de nuestro círculo social saben que pueden contar con nosotros al momento de buscar retroalimentación constructiva acerca de cualquier suceso o proceso. De la misma manera, el círculo social que estamos cultivando debe estar compuesto por individuos que también exhiben esa cualidad y nos pueden ofrecer la misma ayuda. 

La honestidad, que va de la mano de la franqueza, nos permite hablar de manera abierta y confiada acerca de la vida que estamos construyendo, empezando con nosotros mismos. Nos permite generar vínculos de confianza y amistad mucho más fuertes con todas las personas. Con el respeto ganado por medio de la experiencia, quienes nos rodean pueden sentirse seguros de quitarse las máscaras que sienten que deben usar con otras personas con principios morales dudosos. El ambiente de honestidad entre pares es una suerte de oasis social que creamos voluntariamente con quienes confían en nosotros a causa de nuestra propio carácter. 

Seamos dignos de confianza. 

Reverencia y justicia

"Deja el pasado atrás, permítele al gran diseño encargarse del futuro. Tú guía correctamente el presente hacia la reverencia y la justicia. La reverencia, para que ames lo que te fue dado ya que fue la naturaleza la que los juntó. La justicia, para que digas la verdad libremente y sin evasiones. De esta manera actuarás solamente como lo requiere la ley y el valor de las cosas." Marco Aurelio, Meditaciones, 12.1

Para no perder la cabeza mientras navegamos la natural incertidumbre de la vida, es necesario tener un mapa que guíe nuestras acciones. El mapa nos marca el camino a seguir, el mapa también nos habla de los retos que tenemos que enfrentar y las diferentes estrategias que podemos utilizar para superarlos. 

Dentro del marco del estoicismo, el marco que se persigue es la virtud y la sabiduría. En esta medida, una de las primeras lecciones es aceptar las cartas que nos fueron dadas al nacer. Querer haber nacido en otro país, en otro barrio, en mejores condiciones económicas es una pérdida de tiempo desde esta perspectiva. Lo que se debe hacer es aceptar nuestras condiciones iniciales y hacer lo mejor que podamos con ellas. 

Contemos nuestras bendiciones. Usemos nuestros recursos de la mejor manera. 

Fijemos las normas y usémoslas

Si consideramos que determinado cuerpo de ideas es el marco ideal  para nuestro crecimiento, debemos seguirlo a toda costa. Los pilares del marco de valores que hemos establecido para nuestra vida nos sirve para evaluar nuestras acciones en interacción con el mundo y con nosotros mismos. 

Nuestra filosofía de vida permea todos nuestros contextos sociales. La manera como nos comportamos está supeditada a nuestras creencias. Si decidimos comportamos con decoro, lo hacemos en público y a puerta cerrada. No hay excepciones. Si decidimos que respetar a nuestro prójimo es deseable, lo hacemos siempre independientemente de su condición social, su preferencia sexual, su religión, su orientación política, etc. 

Establecemos nuestros estándares porque los consideramos importantes para desarrollar la mejor versión de nosotros mismos. Siendo ellos nuestra elección voluntaria, los seguiremos día tras día y evaluaremos su valor en la retroalimentación que recibimos del entorno. 

Trabajemos por ser ejemplares. Sintámonos orgullosos de nuestro camino convertido en acción. 

Un placer mucho más alto

Desde que el hombre es hombre, la búsqueda ciega de placeres rápidos ha sido el camino que ha enviado a muchos a la tumba, al remordimiento o a la perdición sin remedio. El querer activar el sistema de recompensa del cerebro de manera constante e insensata nos lleva sin remedio al colapso físico, psicológico y emocional. 

Es fácil volverse adicto al placer. ¿A quién no le gusta experimentarlo? El problema radica en que el perseguirlo ciegamente anula nuestro buen juicio y doblega nuestra voluntad. Una vez nuestra capacidad para juzgar la consecuencia de nuestras acciones es secuestrada por el placer momentáneo, nuestros valores salen por la ventana. 

Lo que se busca con esta reflexión no es satanizar el placer, sino reconocer que se puede convertir en un problema si no reconocemos que al volvernos sus esclavos, nuestro norte se pierde indefectiblemente. 

En este sentido se puede decir que no hay placer más grande que sabernos dueños de nosotros mismos. Saber que tenemos la capacidad de aplazar el placer cuando es necesario y sabemos gozarlo cuando es conveniente. 

Las tentaciones, entendidas como impulsividad en el actuar, dejan de tener tanta influencia sobre nosotros cuando sabemos cómo mantenerlas a raya por medio de un carácter forjado en el ejercicio diario de nuestros valores. 

Entendamos nuestros impulsos. Liberémonos de los automatismos. 

Una razón más para hacer el bien

En general, actuar mal conscientemente trae como consecuencia una respuesta negativa a nivel emocional, físico y psicológico. Lo que en un momento de ira nos parecía la ruta de acción más viable, una vez recuperamos nuestro equilibrio, revela su verdadera cara. En ese momento, el remordimiento y los golpes de pecho no van a devolver el tiempo. Lo hecho, hecho está. 

El actuar en contra de nuestros valores golpea inclementemente nuestro interior. El desequilibrio que produce al actuar en contra de las estructuras que nos sostienen (e.g., robar, mentir, calumniar, etc), se ve reflejado en reacciones somáticas como: ansiedad, dolor de cabeza, malestar estomacal, vómito, etc. 

Si bien hay personas que por diferentes condiciones no presentan estos síntomas o por la frecuencia de sus transgresiones se acostumbran a ellas, como estudiantes dignos de la filosofía, mal haríamos en dejar que nuestras bajas pasiones se apoderen de nosotros trayendo más miseria al mundo. Es nuestro deber conocer nuestras sombra, como lo aconseja Carl Gustav Jung, para poder estar un paso adelante de ella. Pensar que nosotros actuaríamos bien en donde otros han actuado mal, no es suficiente. 

Sigamos explorando nuestro interior. Escuchemos a nuestro cuerpo. 

Cuidémonos los unos a los otros

"Demostrarle a nuestros amigos afecto y celebrar sus logros como si fueran nuestros está alineado con la Naturaleza.  De no hacerlo, la virtud, que sólo se fortalece por medio del ejercicio de nuestras percepciones, no perdurará en nosotros." Séneca, Cartas Morales, 109.15

La única forma de saber que validez para nuestra vida puede tener un idea o un conjunto de ideas es actuarla. Una vez encarnada la idea podemos sentir la manera como se relaciona con todas las influencias del ambiente. En esa medida, más que un logro intelectual, el integrar una idea a nuestra vida, es una revelación sentida que nos hace bien a todo nivel.  

Es interesante que al tener experiencias cumbre tal cual las describe Abraham Maslow, nuestros sentimientos egoístas disminuyen sin ser fruto de una batalla interior. Sencillamente desaparecen por su inutilidad en la concreción del sentido de camaradería en la exploración de la vida.  

Celebrar por los demás y sentir empatía en sus momentos de dificultad es entender el sentido de conexión entre toda las cosas de manera sentida. 

Tu triunfo es un triunfo de toda la vida. Tu caída es un aprendizaje para todos. 

Salud. 

Lo dicho, dicho está

"Es mejor tropezarse con los pies que con la lengua." Zenón

Cada nuevo día nos representa un conjunto de viejos y nuevos retos. Cuando estamos atravesando un periodo en el que las cosas no están yendo por la ruta en que deseamos, la tensión que nos causa, nos puede empañar nuestra racionalidad, entendiendo esta como el estado mental dotado con las mejores herramientas de juicio para tomar las mejores decisiones informadas. 

Al empañarse nuestra mente, la posibilidad de cometer errores de juicio y acción se incrementa. Por ejemplo, después de haber tomado la decisión de hacer algo y habernos esforzado por hacerlo, podemos sentir que no ha habido un avance y que debe haber algo inherentemente mal en nosotros. Este tipo de pensamiento nos lleva irremediablemente al resentimiento y la desesperanza. Si por el contrario, entendemos esto como una oportunidad de observarnos más de cerca y evaluar nuestras herramientas de aprendizaje y la naturaleza de nuestros obstáculos, es más probable que trabajemos en el rediseño de nuestro plan de aprendizaje y obtengamos mejores resultados. 

Otro ejemplo del obnubilamiento que produce la frustración es la manera como nos dirigimos a los demás. El estar irritables o desesperanzados nos puede llevar a decirle a los demás cosas hirientes pensando en que ese hecho nos va a desatorar el pecho y nos hará surgir "victoriosos". En este caso es aconsejable, según James Pennebaker, psicólogo norteamericano, tener un diario donde podamos ventilar nuestras emociones y estudiar nuestras frustraciones desde diferentes perspectivas. Este ejercicio nos lleva a controlar nuestras reacciones inconscientes automáticas y nos permite empezar a realizar los correctivos necesarios para minimizar el daño cuando estamos atravesando una tormenta. 

Escribamos y miremos qué pasa. 

Todos para uno y uno para todos

"Aquello que no es bueno para la colmena, no es bueno para la abeja." Marco Aurelio, Meditaciones, 6.54

Con la metáfora de la colmena, Marco Aurelio nos invita a pensar acerca de nuestro comportamiento social. Si bien debemos formarnos como individuos, dependemos de nuestras comunidades para prosperar. El buscar sacar provecho de nuestros semejantes por medio de estrategias inmorales es un comportamiento indigno para alguien que le sirve a la verdad y al bien mayor. 

Para reparar el tejido social, debemos observar la manera en que nuestras acciones afectan a la comunidad. Si nuestros logros dependen de tretas o abusos psicológicos o físicos sobre los demás, estamos siendo responsables directos del deterioro social. 

En este sentido, nuestras labores deben estar enfocadas en el mejoramiento de nuestras comunidades por medio de nuestras acciones. Al contribuir de manera activa en la creación de comunidades más cohesionadas, el bienestar y la resiliencia de todos los individuos que la componen se incrementa. 

Empoderémonos los unos a los otros. 

Un mantra de interdependencia mutua

"Medita con frecuencia sobre la interconexión y la interdependencia mutua de todas las cosas en el universo porque, en cierto sentido, todas las cosas están tejidas juntas. Por esto hay afinidades entre ellas––una cosa sigue a la otra de acuerdo a la tensión del movimiento, los movimientos simpáticos y la unidad de la sustancia." Marco Aurelio, Meditaciones, 6.38

Somos parte de un ecosistema cuya salud total depende de la armonía de sus partes. Entender este hecho a profundidad es necesario para saber cómo comportarnos frente al todo. Nuestras acciones tienen consecuencias que nos afectan no sólo a nosotros sino también a los grupos de los que somos parte. 

Para poner esto en concreto, ubiquémonos en nuestro trabajo. Nuestro lugar de trabajo representa un sistema que está ceñido a las normas de cualquier otro sistema. Hay un tendencia a la entropía que se debe corregir por medio de intervenciones puntuales producto de un sistema de monitoreo constante. Si la parte ejecutiva no está funcionando bien, mal haríamos en pensar que esto sólo le compete a los que se encuentran en ese departamento. Nuestro deber es aunar fuerzas y trabajar en equipo para mantener la salud de nuestro proyecto comunitario. 

En el caso de la educación, por ejemplo, la comunicación bidireccional y horizontal entre todas las partes es de suma importancia para tener una visión mucho más completa de las fuerzas que están dirigiéndonos o alejándonos de la visión institucional de la que somos parte. Todo el personal que hace parte de la comunidad es relevante al momento de la consecución de los objetivos. Yendo desde los trabajadores de servicios varios hasta las directivas mismas, todos debemos sabernos parte de un todo más grande que nosotros o nuestros egos. 

La unión de individuos empoderados hace la fuerza. 

Nuestro activo más valioso

"Pero la persona sabia no puede perder nada. Tal persona se ha aprovisionado ella misma sin dejarle nada a la Fortuna. Sus propios bienes están firmemente sujetos por la virtud que no depende del azar y por consiguiente, no puede ser incrementada o disminuida." Séneca, Sobre la Firmeza del Sabio, 5.4

Séneca nos exhorta en esta reflexión a invertir en nosotros mismos, a convertirnos en personas buenas y sabias. Esta empresa no depende de las condiciones económicas en las que nos encontremos, ni de la aprobación de un tercero. Es el tipo de proyecto que podemos llevar a cabo cada uno de nuestros días independientemente de que circunstancias estemos atravesando. 

El formar un carácter fuerte que nos permita hacerle frente a todos los retos inherentes a la vida es el proyecto más noble del que podamos tomar parte. Si nuestra fortaleza de espíritu depende de lo grueso de nuestras cuentas bancarias, estamos en serios problemas. Si nuestra fortaleza de espíritu depende de la validación de los demás, estamos en serios problemas. No controlamos ninguna de estas dos externalidades y si les damos el poder de controlarnos, pagaremos un precio muy alto. 

Asegurémonos de enfrentar nuestros miedos cada día. 

Dejemos que brille la virtud

"La luz de la lámpara mantiene su brillo hasta que agota su combustible. Entonces, ¿por qué tu sentido de la verdad, la justicia y el autocontrol deberían agotarse antes?"  La luz de la lámpara mantiene su brillo hasta que su combustible acaba. ¿Entonces por qué tu sentido de verdad, justicia y autocontrol deberían agotarse antes? Marco Aurelio, Meditaciones, 12.15Nuestro propósito, nuestro camino,  nuestra luz no son bienes perecederos. Lo que hemos escogido para nuestra vida es lo que marca nuestros pasos hasta el gran fin. 
Con esta convicción, no habrá momento en el que nuestros valores sean opcionales . Una vez decidimos que una vida de virtud es nuestro bien mayor, vamos a continuar encarnándola hasta exhalar el último aliento en esta tierra.

Hemos elegido vivir una vida con propósito.  Esto quiere decir que voluntariamente iremos a encontrar aquello que nos hizo nacer sin aprensión o señalamientos.   Esto quiere decir que a diario llevamos las ideas a la experiencia para sentirlas vivas. 
Vivamos sabiéndonos dignos de esta vida