"Pero la persona sabia no puede perder nada. Tal persona se ha aprovisionado ella misma sin dejarle nada a la Fortuna. Sus propios bienes están firmemente sujetos por la virtud que no depende del azar y por consiguiente, no puede ser incrementada o disminuida." Séneca, Sobre la Firmeza del Sabio, 5.4
Séneca nos exhorta en esta reflexión a invertir en nosotros mismos, a convertirnos en personas buenas y sabias. Esta empresa no depende de las condiciones económicas en las que nos encontremos, ni de la aprobación de un tercero. Es el tipo de proyecto que podemos llevar a cabo cada uno de nuestros días independientemente de que circunstancias estemos atravesando.
El formar un carácter fuerte que nos permita hacerle frente a todos los retos inherentes a la vida es el proyecto más noble del que podamos tomar parte. Si nuestra fortaleza de espíritu depende de lo grueso de nuestras cuentas bancarias, estamos en serios problemas. Si nuestra fortaleza de espíritu depende de la validación de los demás, estamos en serios problemas. No controlamos ninguna de estas dos externalidades y si les damos el poder de controlarnos, pagaremos un precio muy alto.
Asegurémonos de enfrentar nuestros miedos cada día.
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