"¿La gente no muestra admiración por la agudez de tu mente? Pues bien, que así sea. Sin embargo, tienes a tu alcance otras cualidades que no son innatas. Exhibe las cualidades que están bajo tu control: la honestidad, la dignidad, la resistencia, la castidad, la satisfacción, la frugalidad, la amabilidad, la libertad, la resistencia, la persistencia, el rechazo al cotilleo y la magnanimidad." Marco Aurelio, Meditaciones, 5.5
Hay una clase de atributos que son dependientes de nuestra herencia genética. Nuestro color de ojos, nuestra complexión, nuestra facilidad natural para determinadas cosas, etc. En este sentido, son las cartas biológicas que nos fueron dadas y con ellas debemos jugar lo mejor que podamos en nuestra vida siguiendo el consejo de Friedrich Nietzsche.
Por otro lado, hay atributos que dependen de nuestro esfuerzo, trabajo y, lo más importante, de nuestra decisión de adquirirlos. Podemos decidir ser honestos, ser resilientes, ser confiables, ser responsables, ser agradecidos, ser valiosos para nuestras comunidades, etc.
Estos últimos atributos tienen la particularidad de ser más apreciados ya que son producto de un esfuerzo consciente. Nuestro deber, si así lo estimamos, es trabajar justamente por adquirirlos sabiendo que con ello, estaremos haciéndole honor a nuestra experiencia de vida, a la inteligencia que nos permitió existir.
Cultivémonos.
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