"¡Deja de vagabundear! No es probable que leas tus diarios, las historias antiguas o las antologías que has recopilado para disfrutar en tu vejez. Ocúpate del propósito de la vida, deja a un lado las esperanzas vacías, sé proactivo en tu propio rescate -si realmente te preocupas por ti- y hazlo mientras puedas." Marco Aurelio, Meditaciones, 3.14
Claudio Naranjo nos recuerda que la responsabilidad que tenemos sobre nuestra vida es ineludible. Siempre tendremos que hacerle frente a las consecuencias de nuestros actos y nuestras pasividades. Podemos, como a veces lo hacemos, culpar a los demás por nuestra suerte, sin embargo, somos nosotros los únicos que tenemos la potestad de decidir cómo actuar.
Cada minuto que pasa es una oportunidad de mirarnos honestamente y darnos cuenta de los patrones de pensamiento que tenemos y la manera como estos afectan nuestro comportamiento. Podemos decidir deshacernos de aquellos que nos alejan de nuestros objetivos y cultivar aquellos que nos acercan a nuestros ideales.
La decisión consciente de hacerlo implica bastante esfuerzo y trabajo. Pero no debemos verlo como una suerte de martirio autoimpuesto. Por el contrario, es por medio de ese trabajo dedicado y apasionado que empezamos a vislumbrar el verdadero tamaño de nuestro potencial.
Esto puede llegar a ser abrumador porque nos damos cuenta sin lugar a dudas que en nosotros yace también la semilla del espíritu humano que ha transitado este rincón del universo por cientos de miles de años. Sentir ese impulso generacional es el aliciente más grande para levantarnos cada día a dar lo mejor de nosotros en esta gran épica humana.
Feliz año nuevo para mi familia, mi esposa, mis viejos y nuevos amigos, mis compañeros de trabajo, mis estudiantes y mi equipo de Jiu Jitsu.
¡Salud por el espíritu que lo anima todo!
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