Thursday, August 31, 2017

Antes de lanzar la primera piedra


Es cómodo pensar que las faltas de los demás se deben a su carácter corrupto o débil. Es fácil imaginar que de estar en medio de una situación complicada, nosotros habríamos obrado mejor. Podemos pensar que si algo parece complicado para alguien, es por falta de aplicación o ganas. Podemos juzgar a la ligera muchas cosas, creyéndonos inmunes a las fuerzas que llevan a las personas a no actuar a la altura de sus propios ideales. 

Sin embargo, sólo nos basta una pequeña visita a todos los momentos en que hemos actuado de una manera repudiable, para recordar que cada quien está peleando una difícil batalla y que nos convendría a todos demostrar paciencia y entendimiento para crear comunidades más cohesionadas, más cálidas y más resilientes. 

Nos recomienda Marco Aurelio ser más tolerantes con los demás y más estrictos con nosotros mismos. Este idea llevada a la práctica nos lleva a ver a los demás como reflejos nuestros que están tratando, tanto como nosotros, de desplegar su esencia en un suelo fértil y acogedor. 

Seamos tierra. Seamos sal. 

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