"Debes dejar de culpar a Dios o a tus semejantes. Debes tener un control completo sobre tus deseos y enfocarte en lo que está bajo tu control. Nunca más debes sentir rabia, resentimiento, envidia o arrepentimiento." Epicteto, Discursos, 3.22.13
Las tormentas emocionales en las que nos sumergimos mientras tratamos de encontrar chivos expiatorios o razones para nuestro malestar, son equivalentes a tratar de quitarnos un dolor de cabeza dándonos golpes contra una pared.
El permitir que las cosas que están por fuera de nuestro control dicten la forma en la que nos sentimos es ofrendar nuestra capacidad de decidir a un automatismo ciego y malsano muchas veces.
Debemos trabajar de manera intensionada en ampliar nuestra capacidad de convertir cualquier circunstancia en el ambiente propicio para continuar nuestro desarrollo y el de nuestras comunidades.
Naveguemos tranquilos cualquier tormenta.
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