"La tierra produce lo suficiente para satisfacer las necesidades del hombre, pero no lo suficiente para satisfacer su avaricia." Mahatma Gandhi
En algunas de nuestras fantasías podemos jugar a imaginar lo que sería satisfacer a plenitud y eternidad todas nuestras indulgencias. Permanecer en un estado de euforia permanente para jamás regresar a un mundo donde existe la angustia, la duda, la enfermedad, la maldad, etc puede sonar más que atractivo, sin embargo, el tratar de insistentemente alcanzar esas alturas por medio de muletas químicas o emocionales, nos debilita.
Si bien los estoicos no sugieren una vida llena de restricciones, si nos invitan a que gocemos de los placeres de la vida en su justa medida. El placer llevado al extremo se transforma en vicio. Por ejemplo, gozar un par de copas con una buena compañía es un deleite, pero beber hasta el punto del vómito y el control de esfínteres es vergonzante.
Ahora bien, para persuadirnos de actuar de manera sensata, debemos apelar a los beneficios personales que nos trae hacerlo, más que al carácter reprochable del acto que busca seducirnos. Por ejemplo, nos conviene a nivel personal y profesional no ser el hazmereir de los demás debido a la persona en que nos convertimos cuando abusamos del alcohol. Las personas en general confían más en aquellos que tienen un nivel de autocontrol que les permite no comprometer su dignidad ante el acecho de las tentaciones.
Seamos dignos de confianza.
No comments:
Post a Comment