La desesperanza como problema de estrategia

"Creo que estarás de acuerdo en que no hay nada más vergonzante que la conducta divagante e incierta que nos lleva a cobardes retiradas.  Esto sucederá en todos nuestros asuntos sino removemos los errores que secuestran y detienen nuestro espíritu previniendo que avancemos y demos todo de nosotros." Séneca, Cartas Morales, 95.46 

En la educación del siglo XXI se ha empezado a hacer énfasis en la formación en habilidades blandas en el marco de aprendizaje para toda la vida. Un área en particular que requiere una instrucción más seria tiene que ver con el planteamiento de objetivos de aprendizaje y el diseño de planes de acción para su consecución. En mi experiencia docente usualmente me encuentro con estudiantes que, en su gran mayoría, no tienen ningún objetivo claro y por consiguiente, ningún marco para enfocar sus esfuerzos.  

Mi labor, por supuesto, es darles herramientas para que entiendan el proceso de aprendizaje y estrategias que les permitan hacer planes de desarrollo. Empezamos con el planteamiento de  objetivos haciéndolos específicos, medibles, asequibles, relevantes y enmarcados en el tiempo (S.M.A.R.T Goals).  A partir de allí, creamos planes de acción que nos dictan lo que debemos hacer a diario para acercarnos a la consecución del objetivo. 

Lo que he podido observar es que los estudiantes que ponen en práctica dichas estrategias, gozan de niveles de ansiedad muchos más bajos que aquellos que no. El plan que diseñan le permite moverse dentro de un marco que alimenta su motivación intrínseca y sentido del logro.  La estructura que han creado siguiendo los modelos les ha permitido darse cuenta que son capaces de alcanzar metas que pensaban ajenas a su potencial. 

Tener un plan accionable optimiza la calidad de vida.