"La esclavitud reside bajo el mármol y el oro." Séneca
Hay diferentes maneras para referirnos a la escurridiza palabra "éxito". La podemos ver como una especie de Santo Grial al que finalmente llegaremos luego de atravesar mil pruebas. Esta imagen puede llegar a ser útil dependiendo de las motivaciones y valores particulares de cada quien.
En cuanto a las motivaciones, recuerdo una charla que ofreció Daniel Pink algunos años atrás. En dicha charla, describe un estudio patrocinado por la Reserva Federal que buscaba identificar las fuerzas motivadoras más importantes para la mayoría de personas. El estudio concluyó que para habilidades rudimentarias, el dinero puede servir como gran motivador, sin embargo, en labores que exigen una carga cognitiva más alta, lo que más pesa es el sentido de propósito, el grado de autonomía y la maestría.
Lo más característico de esos tres elementos es su naturaleza intrínsica y autotélica. El ethos fundamental de la persona guía sus pasos dentro de una matriz de significado que alimenta su vida. Esto es fundamental al momento de tener que enfrentar el embrujo del oropel. Debemos usar la razón como filtro ante cualquier brillo enceguecedor.
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