Sunday, December 24, 2017

Entre el guarapo y el buen vino


Toda experiencia tiene el potencial de presentarnos en su totalidad la sincronía de todos los sentidos con el entorno. Es aconsejable que cultivemos ese sentido de conexión para poder poner en  perspectiva la motivación detrás de lo que hacemos.

Si vivimos anhelando esta o aquella experiencia constantemente, nos estamos robando  la atención necesaria para experimentar la totalidad en el ahora. 

Digamos que nos hemos encantado con el vino y entramos en la espiral de las variedades hasta niveles enceguecedores, muy bien podemos considerarnos expertos de talla mundial y subirnos a una atalaya que nos ubica en un nivel "superior" sobre los que consideramos simples mortales, sin embargo, tal ceguera nos lleva a ignorar que la experiencia de plenitud no depende de factores tan nimios como los son los gustos, los títulos, los juguetes o las chequeras. También nos lleva a ignorar que ningún camino en particular nos hace impermeables a los azares, la enfermedad, el dolor y la muerte. 

Debemos abrazar totalmente todas las experiencias para darnos cuenta en qué medida nuestra atención está secuestrada por pensamientos recurrentes. La idea no es pelear contra estos pensamientos; es sencillamente observarlos como si estuvieramos en una suerte de zoológico. Esta es una de las tantas maneras de dejar ir cargas innecesarias y vivir más presentes. 

¡Feliz navidad para todos!

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