"El nitrógeno en nuestro ADN, el calcio en nuestros dientes, el hierro en nuestra sangre, el carbono en nuestras tartas de manzana, todos estos elementos fueron creados en el corazón de estrellas que colapsaban. Literalmente estamos hechos de polvo estelar." Carl Sagan, Cosmos. (Año 1980)
"Sigue el curso de las estrellas e imagínate corriendo con ellas. Piensa constantemente en cómo los elementos se transforman unos en otros y esto le quitará peso a los asuntos terrestres." Marco Aurelio, Meditaciones, 7.47 (Año 180)
En los momentos en los que nos sentimos abrumados por los retos que estamos enfrentando o nuestro ego está embriagado por algún triunfo obtenido, nos haría bien utilizar una estrategia estoica conocida como la perspectiva cósmica.
Cuando nos tomamos el tiempo para reflexionar sobre lo que significa ser parte de la vida, nos damos cuenta que supera cualquier historia de ficción. Parece increíble que olvidemos que en este mismo instante, estamos atravesando el espacio en una esfera que gira en torno a una estrella ubicada en las afueras de una galaxia entre miles. Nuestra expectativa de vida actual está entre los 75 y los 80 años. Según los datos más recientes, el universo tiene una edad de 13 mil millones de años y continúa expandiéndose. El homo sapiens ha existido por 200 mil años. Esto es tener una perspectiva cósmica.
Lo que nos permite este ejercicio es darnos cuenta que tanto los problemas como los triunfos son pasajeros. Polvo somos y en polvo nos convertiremos.
Esto no es una suerte de apología al paralizante nihilismo; por el contrario, es una oportunidad de mantener al ego en su justa medida para poder apreciar con claridad la infinita fortuna que tenemos de estar vivos, de tener amigos, de tener un hogar, de tener sueños, de poder reinventarnos, de poder amar, de poder sorprendernos, etc.
También seremos olvido; es bueno que recordemos.
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