Tuesday, February 28, 2017

No siempre puedes obtener lo que quieres



Epicteto describe un interesante experimento que ilustra en cierta manera el refrán que reza: "la avaricia rompió el saco".  El experimento consiste en poner un jarro de boca angosta con muchos dulces en su interior al frente de un niño. Luego se le dice que puede sacar tantos como quiera. Usualmente el niño mete la mano y toma la mayor cantidad posible, pero al intentar sacar la mano se da cuenta que su mismo puño se lo impide. En este punto rompe en llanto y se frustra. 

De esta manera, Epicteto nos enseña que el deseo desmedido juega en nuestra contra.  Si el niño decidiera dejar caer unos cuantos dulces podría sacar su mano. Siguiendo esta analogía, Ryan sugiere que nos preguntemos, cada vez que deseemos algo impulsivamente, si realmente necesitamos el objeto de nuestro deseo y si podríamos vivir sin él. Este ejercicio apunta a que aprendamos a priorizar nuestras necesidades para evitar ser esclavos de la sed ciega que nos lleva a querer más y más. 

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