A lo largo de la historia hemos desarrollado estructuras de pensamiento que nos permiten distinguir entre lo bueno y lo malo. Es de suma importancia alimentarlas tal cual alimentamos una hoguera en la noche ya que de ellas depende la manera como nos desenvolvemos en el mundo.
Estudios recientes en el campo de la psicología revelaron un fenómeno llamado agotamiento de la fuerza de voluntad (ego depletion, en inglés). Este describe que la voluntad es un recurso finito que debe ser renovado constantemente para que podamos seguir operando se manera sensata. Al agotarlo, el modo de pensamiento que toma el control es el rápido y superficial. En los momentos en que nuestro autocontrol está al mando, el modo que prima es el lento y deliberado.
Todo esto quiere decir que debemos generar estrategias para evitar desperdiciar la fuerza de nuestra voluntad. Si tenemos un problema con el alcohol, es aconsejable no tenerlo en nuestras casas para evitar la tentación. Si tenemos alcohol en nuestra casa, nuestra fuerza de voluntad va a estar en alerta constante, y debido a su naturaleza finita, terminaremos siendo vencidos por la tentación cuando se agote. De manera similar, si tenemos algún conflicto con nuestras parejas, situación que agota nuestros recursos cognitivos, no es aconsejable ponernos en una situación en donde tengamos a la mano a otra persona que nos puede ofrecer una satisfacción inmediata que es justamente lo que está pidiendo la cabeza en ese momento.
En el libro El Aprendizaje Visible de John Hattie, se ofrece otra alternativa que ha probado ser muy útil alrededor del mundo. Se le conoce como Implementación de Intención y lo que busca es que generemos planes preventivos para cuando tengamos que hacerle frente a diferente tentaciones. Por ejemplo, podemos decir: "Si mis amigos me invitan a tomar, les diré que estoy estudiando.", "Si me ofrecen un cigarrillo, sencillamente diré que no quiero." Sé que suena un poco risible pero los resultados de las investigaciones arrojan resultados muy positivos. No está de más ponerla en práctica.
Seamos sabios al utilizar nuestros recursos.
Todo esto quiere decir que debemos generar estrategias para evitar desperdiciar la fuerza de nuestra voluntad. Si tenemos un problema con el alcohol, es aconsejable no tenerlo en nuestras casas para evitar la tentación. Si tenemos alcohol en nuestra casa, nuestra fuerza de voluntad va a estar en alerta constante, y debido a su naturaleza finita, terminaremos siendo vencidos por la tentación cuando se agote. De manera similar, si tenemos algún conflicto con nuestras parejas, situación que agota nuestros recursos cognitivos, no es aconsejable ponernos en una situación en donde tengamos a la mano a otra persona que nos puede ofrecer una satisfacción inmediata que es justamente lo que está pidiendo la cabeza en ese momento.
En el libro El Aprendizaje Visible de John Hattie, se ofrece otra alternativa que ha probado ser muy útil alrededor del mundo. Se le conoce como Implementación de Intención y lo que busca es que generemos planes preventivos para cuando tengamos que hacerle frente a diferente tentaciones. Por ejemplo, podemos decir: "Si mis amigos me invitan a tomar, les diré que estoy estudiando.", "Si me ofrecen un cigarrillo, sencillamente diré que no quiero." Sé que suena un poco risible pero los resultados de las investigaciones arrojan resultados muy positivos. No está de más ponerla en práctica.
Seamos sabios al utilizar nuestros recursos.
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