"Siempre he creído que sin importar lo que nos traiga la suerte, le podemos dar significado y transformarlo en algo de valor." Herman Hesse
Es sencillo juzgar como responden algunas personas ante las adversidades. Es sencillo pensar que nosotros actuaríamos de manera muy diferente si nos viéramos enfrentados a lo mismo. Es similar a lo que piensan las personas que ninguna formación en defensa personal piensan que pueden responder a un ataque físico competentemente. En conclusión, es sencillo pensar porque una vez que actuamos, la vida se encarga de despertarnos a la realidad de nuestra incompetencia.
Debemos recordar una y otra vez que la vida está llena de adversidades para no sucumbir al rencor. Con este hecho presente, lo que nos corresponde es prepararnos para responder a ellas con la altura digna de los estudiantes de la filosofía perenne. Más que renegar por los reveses de la suerte, debemos recordar que la naturaleza del azar es justamente su impredecibilidad. Lo que puede convertirse en predecible es el producto la decisión personal de responder guiados por la ecuanimidad.
Antes de dirigir nuestro dedo acusador hacia el cielo, recordemos las veces en que la fortuna nos ha favorecido.
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