Dentro de la escuela estoica se pueden identificar tres disciplinas:
La disciplina del control
La disciplina del juicio
La disciplina de la acción
La práctica de las tres disciplinas busca darnos una suerte de control mental para mantenernos en el camino hacia la sabiduría.
En la reflexión de hoy nos vamos a enfocar en la disciplina del juicio que apunta a la aceptación o al rechazo que podemos tener sobre las impresiones que se forman en nuestra mente en nuestra interacción con el mundo. Por ejemplo, cuando vemos a alguien con determinado atuendo, automáticamente podemos etiquetarlo de criminal. Si no evaluamos esta primera impresión con lo que se evidencia en su comportamiento, podemos caer presas del prejuicio y actuar en consecuencia.
Este tipo de disciplina también nos invita a evaluar las impresiones que tenemos sobre nosotros mismos. Es una manera de recordarnos que la historia que estamos escribiendo no está centrada en la gloria personal sino en la manera en que el desarrollo de mi potencial puede apoyar el desarrollo del bien común. En este sentido, debemos estar atentos a la luz de la sabiduría que puede alcanzarnos desde los puntos más inesperados.
Cuando nuestro propósito es claro, cada persona se convierte en nuestro maestro.
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