Wednesday, April 26, 2017

Lo que pasa en el entrenamiento


Los estoicos sugieren ver todos los encuentros que tengamos durante el día como si se tratara de un entrenamiento. Si tenemos un encontrón con alguna persona, más que concluir automáticamente que está actuando de forma malintencionada, podemos jugar con la idea de también se encuentra en entrenamiento y está haciendo lo mejor que puede. 

Lo más útil de esta práctica es nos permite ser menos drásticos al juzgar nuestros propios errores y los de los demás. Nos permite entender la vida  como una serie de encuentros que revelan el estado de nuestro carácter. 

Esta idea la relaciono con las clases de Jiu Jitsu que recibo de parte del Sensei Wilson Alzate Cortés y de todos los miembros del equipo. Uno de los fundamentos de esta práctica busca que optimicemos el uso de nuestros recursos físicos por medio de la internalización de estrategias. La fuerza bruta no es parte fundamental de la actividad; de ahí que se le conozca como el arte suave. 

En el Jiu Jitsu la idea es fluir a través del caos que representa un combate utilizando movimientos estratégicos que capitalicen los vacíos atencionales del contrincante. He tenido que aprender de manera dolorosa que no es conveniente ser negligente con el mejoramiento de la propriocepción. Si no entiendo de que manera llego a situaciones que me ponen en desventaja,  la posibilidad de caer en el mismo error es mucho más alta.  Un oponente más experimentado debe explotar las vulnerabilidades que expongo porque con eso demuestra que su atención se está agudizando. Mi oponente también se encuentra en un proceso de crecimiento y su manera de desenvolverse en el juego, no la impulsa la mala intención idealmente, sino el sano deseo de desarrollarse como ser humano por medio de la práctica. Mi responsabilidad como estudiante es prestar toda mi atención a las clases para luego reflexionar sobre mi desempeño. De esta forma puedo generar estrategias de crecimiento continuo. 

Esto aplica a todos los ámbitos de la vida. Si decidimos descuidar nuestras debilidades, creceremos en una estructura inestable que eventualmente colapsará de manera dramática e inesperada. Cruzar los dedos para que nada pase no es suficiente. Debemos aprender la lección que nos da cada encuentro y atender sin laxitud nuestras falencias. 

Aprendamos la lección de cada lucha.   

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