Friday, April 28, 2017

Lo que deseas te hace su sirviente


Debemos ser muy claros al definir las prioridades que tenemos en nuestra vida. Muchas veces corremos tras cosas que queremos, sabiendo que no las necesitamos mientras ingenuamente ignoramos la motivación detrás del impulso. 

Es común encontrarnos en el día a día con personas que buscan adquirir imagen, estatus o poder por medio del dinero Su mantra consiste en alcanzar la fortuna material en corto tiempo sin importar cómo. Este delirio no ha de sorprendernos ya que a diario los medios masivos nos inundan con mensaje irresponsables que justifican el consumo desmedido. 

Un triste ejemplo de esto es el culto a la mafia en nuestro país. Algunos desvergonzados canales de televisión crean series sobre la vida de criminales de toda laya, que pasan a convertirse en modelos a seguir por muchas personas que ven en ellos la materialización del sueño de poder y notoriedad por medio del dinero. En estos programas muestran como el dinero está por encima de la justicia, la verdad y cualquier conciencia. En este embrujo caen personas de todos los estratos sociales porque el poder de la ambición ciega no conoce clases. 

Los estoicos buscaban inmunizarse del hechizo de las promesas del dinero por medio de la práctica de la pobreza voluntaria. Ayunaban por varios días tomando solo agua, dormían en el piso sin cobija alguna, usaban sólo una muda de ropa por largo tiempo, etc. Una vez se daban cuenta que realmente no necesitaban mucho para tener una vida plena, los bienes materiales dejaban de tener el poder magnético que hasta el día de hoy seduce a tantos. 

Cabe mencionar que el problema no está en el dinero mismo. Bien sabemos que podemos canalizarlo hacia proyectos constructivos. El problema radica en considerarlo como el fin último de nuestra existencia. 

Apreciemos la abundancia en la simplicidad. Apreciemos lo esencial. 

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