La interpretación que se le da a las palabras depende del contexto en el que son usadas. Lo peyorativo en una palabra está sujeto no a la palabra es si misma sino a la intención de quien la usa. Antes de lanzar acusaciones gratuitas hacia alguien por utilizar determinadas palabras, debemos tener en cuenta que nuestros propios sesgos o prejuicios influyen en la manera en que percibimos las cosas.
Tomemos como ejemplo en el contexto colombiano la palabra "arrecho". Esta palabra, dependiendo de la región del país, puede significar dos cosas. Por un lado, puede significar que algo es complicado: "Este proyecto está arrecho.", o puede significar que se está sexualmente excitado: "Cuando era adolescente me la pasaba arrecho." Otro ejemplo común es la palabra "negro" o "negra". Muchas personas la utilizan para referirse cariñosamente a la pareja. Otras personas la utilizan para referirse a las personas de color como raza. Otras más la utilizan de manera ofensiva por el tono que usan. Incluso este último uso es curioso; no sé en que momento la palabra "negro" o "negra" pasó a ser una ofensa. Es como si me gritaran "mestizo". ¿En qué momento lo voy a tomar como un ataque?, ¿Por qué tendría que victimizarme?
En cuanto al punto de victimización es importante tener en cuenta que siempre habrá cretinos que usan las palabras como armas para buscar una reacción emocional de nuestra parte y hacernos perder el buen juicio. Más que caer en sus redes, debemos fortalecernos emocional y psicológicamente para que saber que juego están jugando y no permitir que su estrategia tenga fruto. Recordemos que las palabras no hieren, lo que hiere es nuestra interpretación de ellas. No caigamos en el patético estado del agravio eterno. No somos de cristal.
Ya lo dijo epicteto hace aproximadamente dos mil años atraz.. " No nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede".
ReplyDeleteAsí es, Antonio. Gracias por comentar.
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