Si hay algo con lo que podemos contar sin ninguna duda es que durante el día nos vamos a encontrar a alguien que se comporta como un cretino con nosotros. Desear que no suceda es un ejercicio fútil porque no podemos controlar la manera como las personas deciden comportarse o inconscientemente se comportan.
Una aproximación más sana es, en primera medida, aceptar este hecho innegable y decidir que no vamos a permitir que una interacción de este tipo nos afecte el día de manera negativa. Una vez aceptamos que es algo cuya ocurrencia es frecuente, cuando sucede, su fuerza ya no es desestabilizadora. El saber que no es una rareza nos permite prepararnos para responder con altura.
Es segunda medida, debemos aceptar también nuestra propia cretinez. Actuar como cretinos es algo que todos hemos hecho en mayor o en menor medida y con mayor o menor frecuencia. En mi caso particular, reconozco que me he portado como un patán en muchas oportunidades. De ahí que uno de mis objetivos personales es tratar de ser, de manera estratégica e intencional, menos cretino cada día. Sé que existen muchos factores que nos llevan a actuar de forma estúpida y por eso mismo, siguiendo las enseñanzas de Marco Aurelio, trabajo en ser más comprensivo y menos enjuiciador cuando me topo con alguien que está pasando por un momento de insolencia.
Es prudente recordar que los demás también llevan una dura carga a cuestas.
Una aproximación más sana es, en primera medida, aceptar este hecho innegable y decidir que no vamos a permitir que una interacción de este tipo nos afecte el día de manera negativa. Una vez aceptamos que es algo cuya ocurrencia es frecuente, cuando sucede, su fuerza ya no es desestabilizadora. El saber que no es una rareza nos permite prepararnos para responder con altura.
Es segunda medida, debemos aceptar también nuestra propia cretinez. Actuar como cretinos es algo que todos hemos hecho en mayor o en menor medida y con mayor o menor frecuencia. En mi caso particular, reconozco que me he portado como un patán en muchas oportunidades. De ahí que uno de mis objetivos personales es tratar de ser, de manera estratégica e intencional, menos cretino cada día. Sé que existen muchos factores que nos llevan a actuar de forma estúpida y por eso mismo, siguiendo las enseñanzas de Marco Aurelio, trabajo en ser más comprensivo y menos enjuiciador cuando me topo con alguien que está pasando por un momento de insolencia.
Es prudente recordar que los demás también llevan una dura carga a cuestas.
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