"Es justamente en los momentos sin preocupaciones cuando debemos fortalecer el alma antes de la llegada de los momentos de mayor tensión. Si no quieres que un hombre recule cuando llegue la crisis, entrénalo antes de que lo haga." Séneca
Una vez tomada la decisión de vivir de la manera más virtuosa posible, no es sensato desperdiciar los momentos en los que gozamos de tranquilidad mental y emocional. Debemos verlos como una especie de oasis que nos permite observar el curso que le hemos dado a nuestra vida a partir de las decisiones que hemos tomado.
Ese reflexión calmada nos informa sobre lo que debemos estar trabajando para continuar nuestro desarrollo. A partir de lo que recibimos, iniciamos las acciones que apuntan a alimentar nuestra resiliencia, nuestro poder de análisis y nuestro compromiso.
Cuando el cielo es azul, es hora de practicar.
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