Wednesday, September 13, 2017

Protegiendo nuestra fortaleza del miedo


Nos cuenta Ryan Holiday que los estoicos crearon el concepto de la ciudadela interior para referirse a la fortaleza que protege nuestra alma. Siendo una fortaleza, ningún ataque del exterior puede dañar el alma, sin embargo, si hay traidores al interior, su solidez se verá comprometida. 

Entre los "traidores" de la ciudadela podemos encontrar la codicia, el egoísmo, la desesperanza, el rencor, el resentimiento, etc. Para mantenerlos a raya, es necesario en primera medida, haber tomado la decisión de querer vivir bajo parámetros de dignidad y respeto propio. Esta decisión nos lleva a prestarle atención a cada uno de estos "traidores", no para convertirlos en objeto de un peligroso desprecio que se puede tornar en nuestra contra, sino para reconocerlos, explorarlos y, por medio de estrategias, desarmarlos y redireccionar la energía que consumen. 

Teniendo en cuenta que es un trabajo exigente, ya que nos obliga a hacerle frente a las áreas menos atractivas de nuestro carácter, lo más prudente es hacerlo desde la paciencia y el amor propio, tratándonos como si nos hubieran dado la responsabilidad de cuidar de nosotros mismos, como aconseja Jordan B. Peterson. 

Sigamos participando en la buena batalla. Protejamos nuestra ciudadela. Respetemos nuestra alma. 

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