Afinemos nuestros pasos

"La persona que sigue la razón en todas las cosas gozará de calma y estará lista para actuar en cualquier momento. Estará a la vez dichoso y sereno." Marco Aurelio, Meditaciones, 10.12b

Para los estoicos clásicos el Logos es el poder divino que está detrás de todas las cosas, es la inteligencia que permea todo el universo. El deber del filósofo consiste en ponerse en armonía con el Logos, fluir en la sincronía puesto que él se encarga de  llevar las riendas finales de nuestro destino. Una personificación encuentra en la diosa romana Fortuna que rige la suerte de los seres humanos. 

Luchar contra el Logos, desde esta perspectiva, es una tontería ya que al final éste termina yendo hacia donde bien le place. Una mejor estrategia es reconocer la naturaleza cambiante de la existencia y abrazar con plácida tranquilidad activa todas las estaciones. 

Cada día es un arrojarnos al abismo y crecer alas en la caída como diría Ray Bradbury. 

Volemos. 

Vamos a estar bien

"No lo lamentes y no te agites." Marco Aurelio, Meditaciones, 7.43

Una de las experiencias emocionales más memorables es cuando nos rompen el corazón por primera vez. Nada en la vida nos ha preparado para enfrentarnos con ese profundo abismo donde toda esperanza desaparece y el corazón se convierte en cenizas. Mientras nos encontramos llorando sobre los pedazos de lo que éramos antes de ser expulsados del paraíso del amor, no vemos luz al final del camino y sentimos que el mundo ha terminado para nosotros. 

Curiosamente, pasado un tiempo, levantamos cabeza y nos damos cuenta del embrujo en que nos había sumido el desamor. Empezamos a recuperar nuestro espíritu y volvemos al hogar que habíamos descuidado. Este ejemplo aplica a todas las situaciones en que pensamos que todo está perdido. 

En estos casos lo estoicos sugieren que deberíamos abandonar la lástima, el remordimiento y la miseria puesto que no tienen el poder de cambiar el pasado. Sugieren que deberíamos seguir caminando puesto que no sabemos que nos guarda el futuro. En muchos casos, una situación que calificamos como desastrosa, en retrospectiva la podemos ver como la variable más importante en un cambio positivo que tuvimos en nuestra vida. 

Teniendo en cuenta que no sabemos lo que va a acontecer, sentir un abatimiento irremediable es una muestra de orgullo desmedido puesto que implica que ya conocemos el futuro. 

Miremos a los ojos al presente. 

Depende de nosotros

"Si alguien está errando, amablemente corrígelo y señálale en qué lo han hecho. Si no puedes, cúlpate a ti mismo o a nadie más." Marco Aurelio, Meditaciones, 10.4

En mi labor como profesor e instructor de profesores no es infrecuente encontrarme con personas cuyo desempeño está por debajo de la media esperada. En esas ocasiones, me sería muy fácil lavarme las manos y concluir que la situación por la que se encuentran en un nivel bajo de competencia se debe a la pereza, la falta de compromiso, la mediocridad, la falta interés, etc. Sin embargo, este tipo de perspectiva me llevaría a la pasividad pedagógica, me llevaría a pensar que tratar de enseñarles algo es una pérdida de tiempo. 

Sabiendo por experiencia que la educación es la mejor herramienta con la que podemos contar, mi deber como docente es acercarme al estudiante y demostrar un genuino interés en su proceso. Debo tratar de entender su contexto anterior e inmediato y ofrecerle estrategias que pueden ayudarlo a encontrar sus potencias interiores. 

Son incontables los casos que me demuestran que empoderar a los estudiantes sin importar su nivel de competencia presente, los lleva a reconocer que cuentan con una cantidad ilimitada de recursos interiores que pueden ser utilizados para el diseño de un plan de desarrollo personal y profesional. 

Mi experiencia me lleva a pensar que sacar conclusiones apresuradas sobre las personas no es la mejor estrategia si mi intención es conectarme con ellas como humanos. Todos tenemos nuestra historia personal y ella ha influido en la manera como nos relacionamos con el mundo. Si puedo reconocer esta verdad, puedo intentar comunicarme mejor con los demás. 

Cada quien lleva su cruz a cuestas; procuremos hacernos la carga más ligera. 

El placer de desconectar lo negativo

"!Cuán satisfactorio es bloquear cualquier impresión molesta o externa e inmediatamente recuperar la paz en todas las cosas." Marco Aurelio, Meditaciones, 5.2

Día a día tenemos que interactuar con el mundo. Esta interacción se ve matizada por las evaluaciones que hacemos de cada evento. No tenemos injerencia sobre el tipo de encuentros que vamos a tener pero sí, sobre cómo vamos a reaccionar ante ellos. 

Si seguimos de cerca nuestra reacción a cada evento con el que tenemos contacto, podremos darnos cuenta fácilmente si estamos permitiendo que dicten la forma en que nos sentimos. Por ejemplo, si nos irrita el hecho de que no nos contesten cuando saludamos, deberíamos entrenarnos para que nos sea indiferente. Podemos decidir cómo actuar ante las personas pero no cómo reaccionan. Si pensamos que es grato saludar a todo el mundo, deberíamos seguir haciéndolo sin importar la reacción que estamos teniendo. 

Trabajando en las cosas pequeñas vamos ganando resiliencia para aplicar el mismo principio a cosas que representan retos más complejos que el anterior. 

Decía el escritor norteamericano Robert Anton Wilson: " Eres tan grande como lo que amas y tan pequeño como lo que dejas que te moleste." 

Interesante, eh? 

El altar de la indiferencia

"Somos como bolitas de incienso cayendo en un mismo altar. Algunas se consumen antes y otras después. Al final no hay diferencia; todas se consumen." Marco Aurelio, Meditaciones, 4.15

Esta cita de Marco Aurelio nos lleva a poner nuestras prioridades en un contexto mucho más realista. Si parte de nuestras preocupaciones se basa en lo inadecuados que nos podemos sentir al compararnos con otras personas, nos recuerda que tanto ellos como nosotros estamos marcados por el sino de la muerte. 

Todo lo que vemos, todas las personas que conocemos, todas las fortunas amasadas, todos los infortunios, todas las grandezas, todas las tristezas, todo, absolutamente todo, desaparecerá en su momento. 

Más que una declaración pesimista, esta reflexión nos lleva quitarnos de encima ansiedades inútiles y nos permite enfocar nuestra energía en el cultivo de la pasión que late en nuestro interior. El cultivar nuestra pasión nos lleva a un profundo sentido de agradecimiento por la oportunidad de estar vivos y experimentar el mundo con ojos humanos. 

Centrémonos en lo esencial. 

Los espejismos del dinero

"En cuanto a mí, elegiría estar enfermo a vivir en el lujo ya que la enfermedad sólo afecta el cuerpo, mientras que el lujo destruye el cuerpo y el alma, causando debilidad e incapacidad en el primero y falta de control y cobardía en el segundo. Además, el lujo engendra injusticia porque produce codicia." Musonio Rufo, Discursos, 20.95.14-17

Es común que se piense que el dinero es la base fundamental del bienestar,es decir, que hay una correlación positiva entre la cantidad de dinero que poseemos y nuestra felicidad. Sin embargo, las investigaciones de Daniel Kahneman, psicólogo y premio nobel en economía, demuestran que una vez alcanzado determinado nivel de estabilidad económica, no hay diferencia en el nivel de satisfacción que las personas experimentan. En pocas palabras, esto nos dice que matarnos por amasar fortunas con la ilusión de incrementar nuestra felicidad es un desperdicio de recursos vitales.

Por otro lado, el exceso de recursos materiales tiene la curiosa cualidad de volvernos complacientes con nosotros mismos, nos hace creer que la solución a todos nuestros problemas es el dinero, nos ciega a la naturaleza caprichosa de la fortuna. ¿Con qué recursos contamos si tuviéramos que pasar por una crisis económica?, ¿de qué manera hemos cultivado la resiliencia y la recursividad?, ¿sabemos vivir en la ausencia del dinero?

Alimentemos nuestra resiliencia. 

Entrenemos para dejar ir lo que no es nuestro

"Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo, no te pertenecen." Khalil Gibran

El miedo a perder lo que consideramos nuestro nos acompaña desde tiempo inmemoriales. Nos gusta que pensar que somos la excepción ante la muerte o la desgracia. Nos gusta pensar que por algún extraño mérito, la fortuna nos va a favorecer más que nuestro vecino. Nos gusta pensar que contamos con un halo especial ante los giros del destino. 

Hace poco leí las reflexiones de Christopher Hitchen una vez recibió la noticia de padecer de un cáncer terminal. Entre las reflecciones, lo que más recuerdo es cómo tendemos a preguntar: ¿Por qué yo? cuando algo desafortunado nos sucede, ante lo cual el universo responde: "¿Por qué no?"

Más allá de lo sombrío que nos pueda parecer esto, el reconocerlo nos lleva a apreciar más profundamente las experiencias que tenemos y a apreciar las relaciones con las que contamos,nos lleva a no perdernos en tonterías y a valorar el estar vivos. 

Brindemos por la fugacidad. 

Los apegos son nuestros enemigos

"En resumen, debes recordar esto: si deseas algo que está por fuera de tu elección razonada, habrás destruido tu capacidad para escoger." Epicteto, Discursos, 4.4.23

Nada nos pertenece excepto nuestra percepción de las cosas. Podemos sentir apegos hacia cosas y personas pero si llevamos nuestros razonamiento más allá de la apariencia frecuente, nos daremos cuenta que no podemos atar a nada ni a nadie. 

Nos pueden entregar títulos de propiedad en una notaría o un almacén, nos puede unir en matrimonio un sacerdote o un juez, sin embargo, esos títulos sociales no pueden domesticar a los azares del destino. Todo lo que decimos que tenemos es una suerte de préstamo de la vida. Bien nos caería tomarlo como tal para sentir una más profunda gratitud y aprecio por todas las cosas y todas las personas con las que nos relacionamos a diario. Todas ellas nos han sido prestadas y al creerlas nuestras, algunas veces las ignoramos.

Tengamos presente la naturaleza fugaz de las cosas y como decía William Blake: "besemos la vida en vuelo"

El jarrón ya estaba roto

"Sólo hay una clase de conmoción que es peor que la totalmente inesperada: Aquella causada por lo esperado para lo que rehusamos prepararnos." Mary Renault

Uno de los ejercicios estoicos que me parece más interesante y retador tiene que ver con la contemplación de las cosas que pueden salir mal en todo contexto. El hecho de aceptar tranquilamente la posibilidad de que las cosas pueden salir contrarias a lo que esperamos, nos permite alivianar la carga del choque cuando sea así. 

El ejercicio nos invita a llevar la misma aceptación con la que nos relacionamos con ciclos climáticos, por ejemplo, a situaciones menos previsibles pero cuya ocurrencia también está dentro de las probabilidades: la casa en ruinas por un incendio, un despido del trabajo, una enfermedad terminal, etc. 

Al permitirnos relacionarnos con estar posibilidades un tanto lúgubres, estamos valorando mucho más lo que tenemos ya que es más claro para nosotros su naturaleza efímera.

Apreciemos activamente. 

Una vez es suficiente, una vez es siempre

"Cuando tengo fe no estoy sediento de resultados." Aleister Crowley

En la meditación del día de hoy, Ryan Holiday narra la historia del actor Evan Handler quien no sólo tuvo que enfrentar y sobrevivir una leucemia aguda sino que también tuvo que lidiar con la depresión profunda. En este último caso, accedió a tomar antidepresivos por un tiempo intencionadamente corto para saber cómo se siente la felicidad verdadera y normal. Una vez terminado su tratamiento, suspendió el consumo de los antidepresivos porque ya había experimentado el referente que le iba a servir desde ahora en adelante a ubicarse con cara a ese norte. 

Me parece una gran idea que nos permite estar centrados en lo que estamos haciendo pudiendo escuchar de esta manera la retroalimentación que recibimos de nuestro interior en relación con el entorno. El enfocarnos en los resultados previene que le prestemos total atención a lo que hacemos. Nuestra fe en nuestro camino es lo que nos mantiene en diálogo directo con el entorno, a sabiendas de que estamos caminando hacia nuestro norte por medio de nuestras acciones informadas por la experiencia. 

Mantengámonos abiertos a las cosas que aún no sabemos que existen. 

Contempla la presencia de lo eterno

"Si has visto el presente, has visto todo desde tiempos inmemoriales hasta toda la eternidad. Todo lo que sucede está relacionado y es lo mismo." Marco Aurelio, Meditaciones, 6.37

Recuerdo que cuando niño e iba a la iglesia con mis padres o mis compañeros del colegio parroquial, había una parte al final de la misa que decía: "como era al principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos, amén."  Esa parte me dejaba perplejo porque no entendía muy bien a lo que apuntaba, sonaba lejana, misteriosa y esotérica. 

Con el paso de los años y los libros, empecé a darme cuenta de las experiencia a las que apuntaban estas frases tan particulares. Me fue claro, evidente y epifánico el hecho de que el presente es sólo una palabra para referirse al momentáneo encuentro de mi consciencia con la vida, que soy como una célula más que se desarrolla en algo mucho más complejo de lo que mi cerebro es capaz de entender. 

En ese entendimiento, siento que no debo estar en ningún lado en particular porque mi totalidad está conmigo en cualquier momento. Cuando me habito completo en un momento, los lazos que creo con los demás tienen el sabor de la verdad. Los reconozco como mi prójimo en este viaje estelar. 

Siempre estoy donde debo estar. Incluso cuando no. 

El poder de la perspectiva

La frase a blessing in disguise sirve en inglés para referirnos en retrospectiva a la naturaleza positiva de un evento que primero concebimos como negativo. Literalmente significa "una bendición disfrazada".  Rob Brezsny, escritor norteamericano, acuñó el término "pronoia" para contrarrestar la tendencia paranoica de pensar que nos persigue la mala fortuna. Si la paranoia, en este sentido, es pensar que el mundo está en nuestra contra, la pronoia apunta a la creencia de que estamos siendo bañados por bendiciones diariamente. 

Los estoicos clásicos pensaban que había un orden superior que tenía la última palabra en cuanto al curso de nuestras vidas. El objetivo de los estoicos era acompasar sus acciones y pensamientos con los ritmos de este orden entendiendo que al hacerlo están desplegando la totalidad de su destino. En esa medida, cualquier evento que podríamos calificar de negativo, los estoicos lo entendían como algo necesario para el desarrollo interior. 

Adoptar una perspectiva de este tipo, independientemente si se cree en deidades o predestinaciones, nos permite asumir una actitud proactiva ante los altibajos de la vida. En vez de rasgarnos las vestiduras y escupir al cielo por las maldiciones acontecidas, podemos pensar que son abono para que fuerzas interiores que desconociamos pudieran nacer. 

La perspectiva lo es todo. 

Cuatro hábitos de la mente estoica

"Nuestra naturaleza racional avanza libremente en sus impresiones cuando:

1. no acepta nada falso o incierto;

2. dirige sus impulsos hacia los actos que alimentan el bien común;

3. limita sus deseos y aversiones sólo a lo que está bajo su control;

4. acepta todo lo que la naturaleza le asigna." 

Marco Aurelio, Meditaciones, 8.7

Vale la pena recordar que el libro de las meditaciones de Marco Aurelio, era justamente su recordatorio que le permitía recobrar el norte cuando se había desviado del camino. 

La perennidad de estas ideas nos sirven también a nosotros para reflexionar sobre el tipo de vida que estamos recorriendo. El encarnarlas nos permite saber a ciencia cierta si son útiles en el sentido de promulgado por Jeremy Bentham. En el laboratorio de la experiencia nos damos cuenta si están alineadas con una vida de presencialidad, aceptación y crecimiento. 

Dice un dicho que no es necesario que me digas lo que piensas ya que tus acciones son mejor reflejo tuyo que tus palabras.

Vivamos las ideas para no caer en la aceptación o negación pasivas. Vivamos.  

No somos juez de nadie

"Cuando se usa la filosofía con arrogancia y obstinación se convierte en la causa de la ruina de muchos. Permitamos que la filosofía sea una manera de deshacernos de nuestras faltas y no una manera de señalar las de los demás." Séneca, Cartas Morales, 103.4b-5a

El objeto principal de la filosofía, desde donde lo veo, debe ser nuestro propio desarrollo. La filosofía nos dota con los lentes correctivos para poder ver con mayor claridad nuestras faltas y defectos. Asumo que cualquier persona que se haya tomado el trabajo de hacer un proyecto introspectivo se habrá dado cuenta que tiene en sus manos, si así lo decide, un proyecto de mejoramiento personal de grandes magnitudes. 

Esto lo debemos tener muy en cuenta cuando nos sorprendamos apuntando nuestro dedo acusador a los demás. Los demás se deben ocupar de sus propios asuntos. No nos compete estar señalando las faltas ajenas, más aún cuando sabemos que tenemos las propias que requieren de nuestra atención. 

Antes de salir a acusar al mundo por sus faltas, debemos poner nuestra casa en orden. 

El miedo y la esperanza son lo mismo

"Hecato dijo, "deja de tener esperanza y cesará el miedo"....La causa principal de estos males es que en lugar de adaptarnos a las circunstancias presentes, enviamos nuestros pensamiento demasiado adelante." Séneca, Cartas Morales, 5.7b-8 

Decía Terence McKenna que la preocupación es la forma de arrogancia más grande porque presuponía que ya sabíamos lo que iba a pasar. La esperanza trabaja de manera análoga ya que busca proyectar un resultado deseado en el futuro.

Podríamos pensar que no tiene nada de malo hacer estas últimas proyecciones, sin embargo, al igual que la preocupación, nos ciegan ante lo que está sucediendo en el momento presente. Al proyectarnos de manera ideal o de manera macabra, estamos dejando de existir en el presente mientras agotamos nuestros recursos para actuar con toda nuestra atención en el ahora. 

Acostumbrémonos a habitar nuestro presente sembrando las mejores acciones de las que seamos capaces. Alineemos nuestro actuar con nuestros objetivos basados en nuestro sentido de propósito. Mañana ya llegará. 

Todo está en continuo cambio

"Medita con frecuencia sobre la rapidez con que todo lo que existe y está surgiendo es barrido por el tiempo. La sustancia es como la corriente interminable de un río cuyo continuo cambio no deja nada inalterado." Marco Aurelio, Meditaciones, 5.23

Todo lo que vemos está en continua transformación. Todo es movido por la dinámica natural de las cosas. Tratar de resistir este cambio o, pero aún, irritarse por él es una absurda pérdida de energía. Si aceptamos el hecho del devenir, aprendemos a sentir el oleaje eterno de las cosas y nos acostumbramos a cabalgar el lomo de las ondas. 

A parte de las implicaciones metafísicas, esta meditación tiene también consecuencia en la vida práctica. Si consideramos que una vez hemos logrado algo, no debemos prestarle atención, veremos con presteza que rápido se deshacen las cosas que creíamos nuestras. Esto aplica a nuestra relación con nuestros amigos, nuestra familia, nuestra pareja, nuestro trabajo, etc. Si damos por hecho que las cosas estarán donde las dejamos, estamos cometiendo un caso grave de negligencia que sin duda alguna pagaremos con creces. 

Nunca olvidemos que todo cambia. Miremos todo con ojos frescos. 

Nosotros escogemos el resultado

"La aceptación no es pasiva. Es el primer paso de un proceso activo hacia el automejoramiento." Ryan Holiday

Nelson Mandela, líder sudafricano,  fue condenado a cadena perpetua acusado de traición a la patria por ser parte de una conspiración para derrocar al gobierno de su país. Luego de veintisiete años de estar en prisión, la presión política internacional consiguió que fuera puesto en libertad. En ese momento, quienes lo habían condenado temieron una fuerte represalia de su parte por haberlo sometido a las vejaciones más abyectas. Pensaron que Mandela actuaría de la misma manera que ellos actuarían estando en una situación igual. 

Para su sorpresa, Mandela al recobrar su libertad, buscó la manera de unir  la nación en torno a un proyecto político que apuntara a la mejora de las condiciones de todos sus ciudadanos. Esto es un ejemplo edificante de la capacidad que tenemos como seres humanos de decidir qué hacer y cómo reaccionar ante eventos que podrían ser fácilmente clasificados de injustos, siniestros e infortunados. 

Para nuestra fortuna, existen miles de ejemplos de hombres y mujeres en la historia que han sabido transformar la aparente desgracia en alimento para sus almas. Estos hombres y mujeres nos sirven de inspiración para seguir explorando nuestros interior y así así nutrir nuestro coraje y nuestra fortaleza. 

Saquémosle provecho a cualquier situación. 

No nos quejemos nunca

"No permitas que te escuchen quejándote acerca de los asuntos públicos, ni siquiera a tus propios oídos." Marco Aurelio, Meditaciones, 8.9

Existe una clase de persona que intencionalmente evito: la persona quejumbrosa. La constante victimización por medio de quejas y acusaciones, muchas veces usadas como excusas, constituyen un carga emocional y psicológica que no quiero llevar sobre mis hombros. 

Por esa razón, siguiendo el consejo de los estoicos, busco conscientemente prestar atención a los momentos en los que caigo en esa trampa para poder encauzar esa energía hacia la acción proactiva, hacia la acción que tiende a cambiar las cosas, hacia la acción que depende de mí y no de las circunstancias externas sobre las que no tengo ningún control. 

Me gusta esta admonición de Marco Aurelio ya que nos permite ver de manera clara, el patetismo que constituye la queja. Nos hace permite ver que detrás de ese comportamiento pasivo y victimizante, nos existe una agenda empoderadora que apunte al fortalecimiento de nuestro carácter. 

La queja es un desperdicio de energía. Enfoquémonos en la acción madura y proactiva. 

Aceptemos nuestra responsabilidad

"Si juzgamos como buenas o malas sólo las cosas bajo el poder de nuestra elección, entonces no hay lugar para culpar a los dioses o ser hostiles con los demás." Marco Aurelio, Meditaciones, 6.41

Haríamos bien en recordar que nuestras reacciones son nuestra responsabilidad. Podemos pasar la vida buscando chivos expiatorios que expliquen o justifiquen nuestro comportamiento oprobioso, o podemos mirar hacia dentro para conocer las motivaciones detrás de aquellos actos que no nos enorgullecen. 

El ejercicio introspectivo nos permite ver que muchos de nuestros actos bochornosos se nutren de miedos, complejos o rencores que aún no hemos sabido resolver. Al reconocerlos, tenemos la oportunidad de desmontar sus respuestas automáticas e instaurar reacciones más acordes con una vida digna. 

Asumamos nuestra responsabilidad en nuestras reacciones. Trabajemos por hacer las cosas mejor cada día. 

No es lo que nos pasa, es lo que hacemos con lo que nos pasa

"Cuando las cosas exteriores te angustian, no son las cosas en sí mismas las que te hacen sentir así. Es la manera como las juzgas y esto lo puedes cambiar en cualquier momento." Marco Aurelio, Meditaciones, 8.47

La perspectiva estoica nos invita a darnos cuenta del papel que juega nuestro juicio en nuestro estado emocional y psicológico. En el día a día nos vemos enfrentados a situaciones que se salen de nuestro control. Muy fácilmente podemos caer en la frustración y decidir que son en sí mismas malas y actuar en consecuencia, sin embargo, podemos reconocer el reto que representan y decidir actuar de formas más sensatas y constructivas. 

En importante ir alimentando esta perspectiva por medio de las cosas más sencillas para así ir fortaleciendo nuestro carácter para usarla en situaciones más retadoras. Por ejemplo, podemos caer en la ira desmedida porque en un día de lluvia un carro nos salpicó con agua de charco o sencillamente, decidir que este hecho fortuito no es lo suficientemente importante como para destruir nuestra calma. Podemos irritarnos por que alguien tiró un papel en la calle y decidir llamarle la atención de forma grosera, o podemos recogerlo y tirarlo a un cesto de basura en una muestra de revolución callada. 

Practiquemos a diario para poder estar a la altura de las circunstancias cuando sea necesario. 

Las variedades de la experiencia humana

"Para mí, cada hora del día y la noche, es un indescriptible y perfecto milagro." Walt Whitman

La lectura ha sido el mejor regalo que pude haber recibido de mi padre. Por medio de la lectura, tuve la oportunidad de conocer desde muy temprana edad, la variedad de culturas que han poblado el mundo y sentir el impulso del espíritu humano también en mí.

No dejan de sorprenderme los parecidos que somos a personas que habitaron la tierra hace miles de años y quienes ahora son sólo olvido. Por ejemplo, al leer a Walt Whitman, puedo acercarme a los dramas que vivía tanto él como sus contemporáneos y experimentar una profunda familiaridad y empatía por toda la humanidad. La sabiduría que le dio la observación, la experiencia y la reflexión, le permitieron llegar a un lugar común a todos los humanos retratando así, la inmensidad de nuestra psiquis. Eso algo que tienen en común todos los grandes escritores y artistas del mundo. 

El misterio y reverencia que nuestros antepasados experimentaron no es distinta a nuestra experiencia misma. Siguen pasando los siglos y seguimos sin poder atrapar la mente del cosmos. Somos parte de una itinerancia que nos transporta en su seno hacia lugares y visiones que no podemos imaginar. Nuestra mejor respuesta ha de ser la gratitud. 

Démonos un momento para brindar por aquellos que ya fueron y por, como dice Héctor Abad Faciolince, el olvido que también seremos. 

Todo está en estado de flujo constante

"El universo es cambio. La vida es una opinión." Marco Aurelio, Meditaciones, 4,3,4b

Nos cuenta Ryan Holiday como el barco de Teseo, mítico rey ateniense, fue conservado por su pueblo por varios siglos después de su muerte. Cada vez que una tabla se echaba a estropear, era cambiada prontamente. De esta manera, todas y cada una de sus partes fueron reemplazadas a través del tiempo. De ahí, nace la pregunta, ¿una vez cambiadas todas las partes seguía siendo el barco de Teseo?

Las células de nuestro cuerpo están en constante desarrollo, madurez, disolución, mientras otras nuevas las reemplazan. Se calcula que cada siete años gozamos de nuevas células. ¿seguimos siendo nosotros? 

Al integrar la consciencia del flujo en nuestra vida diaria nos permite sentirnos en un continuo baile con todos los sistemas de los que hacemos parte. Nos permite darnos cuenta de la injerencia que tenemos en ejecutar cambios en los aspectos personales cuyos resultados no nos satisfacen, como también nos permite darnos cuenta que no estamos amarrados a nada ni nos corresponde amarrar a nada ni a nadie. 

Acompasemos la respiración con el latido sin prisas de la vida.

Nuestra mejor actuación

"Recuerda que eres un actor en una obra haciendo un papel que escribió el director. Si la obra es corta, entonces es corta. Si el larga, larga es. Si él desea que hagas el papel de mendigo, incluso este papel hazlo bien, justo como harías el de un inválido, un capataz o una persona del común. Ese es tu deber; hacer bien el papel que te asignaron. La selección del papel de pertenece a otro." Epicteto, Enquiridión, 17

Así como no tenemos control sobre el momento de nuestra muerte, tampoco tuvimos control sobre el momento de nacer. Simplemente nacimos en un lugar y unas circunstancias que jamás pedido. 

Desde el estoicismo, nuestro deber es aceptar esas condiciones iniciales y hacer nuestro mejor esfuerzo por hacerlas bien. Si, por ejemplo, tenemos que barrer las calles para ganarnos la vida, lo debemos hacer bien y con orgullo. Si la providencia nos tiene como presidentes de una compañía, debemos responder con el mismo respeto y empeño. Desde ambas posiciones tenemos la capacidad de hacer de este mundo algo mejor. 

Lo anterior no quiere decir que no tengamos control alguno sobre nuestro rumbo. Sabemos que por medio del esfuerzo y la dedicación podemos mejorar nuestras condiciones. Lo que quiere decir es que cualquier posición transitoria en la que nos encontremos, debemos hacerla de tal manera que nuestro carácter se vea reflejado en ella. 

Mejoremos nuestra actuación. 

En lo que radica el verdadero poder

"La más grande de las conquistas es la conquista de uno mismo." Publilio Siro 

Podemos entrar en la carrera sin fin de la acumulación de riqueza o poder como fines en sí mismos si bien nos viene en gana, sin embargo, este tipo de orientación es dependiente totalmente de la admiración exterior y es un reflejo de un ego inmaduro e inseguro. ¿A dónde se dirige la ostentación si no hay nadie ante quien hacerlo?, ¿De qué sirve el poder ciego sin los que me rodean me odian y temen en silencio?

Si la medida de nuestro triunfo se remite a la domesticación de nuestros impulsos egoístas y cortoplacistas, a la integración de la fuerza de nuestros deseos irracionales, estaremos en una mejor posición para alimentar nuestro proyecto de ser agentes de cambio social positivo en nuestras comunidades. 

Estemos atentos al embriagador oropel de la búsqueda de la atención ajena. Seamos fieles a nuestro proyecto. 

Alguien más mueve los hilos

"Nunca nos damos cuenta de la peor suerte que la mala suerte nos has evitado." Cormac McCarthy

Para acercarse al tema del destino y la fortuna, Ryan Holiday trae a colación a Cloto, una de las tres Moiras de la mitología griega. Cloto se encargaba de hilar el destinos de los hombres en su rueca. Era ella quien decidía lo que le acontecía tanto a los hombres como a los dioses. 

De igual manera, siglos después del nacimiento de esta mitología, aún seguimos bajo el influjo de las fuerzas del destino. Muchas veces parece que la buena y la mala fortuna han sido repartidas inequitativamente, sin embargo, todos estamos sometidos a las fuerzas del azar. 

Sin importar en estación de la fortuna nos encontremos, es importante recordar que su existencia es transitoria y que el maldecir una o apegarnos a la otra, es como tratar de sacarnos de la arena movediza tirando de nuestro propio pelo. 

Transitemos sin apegos. 

Un poder más alto

"Esto es lo que constituye la virtud de una persona feliz y una vida fluída: cuando las cosas de la vida en todo sentido están en consonancia con la armonía entre el espíritu divino del individuo y la voluntad del director del universo." Crisipo de Solos 

La reflexión de hoy puede tener un tinte teísta que a muchos les puede parecer odioso, sin embargo, nos podemos acercar a esta idea desde la perspectiva del control.

No es necesario tener un tipo particular de afiliación religiosa para entender que hay una inteligencia implícita en la manera como se despliega el universo. La Biomimesis estudia la manera como se expresa esta inteligencia para desarrollar tecnologías que imitan la forma en que la naturaleza produce sus creaciones. 

Teniendo en cuenta lo anterior, desde la perspectiva estoica concedemos que hay una inteligencia que es mucho más grande que nuestros que controla el universo y que nuestro objetivo es sintonizarnos con ella por medio de la encarnación de los principios de la virtud. 

Integremos nuestra contemplación y acción con el ritmo del cosmos.