"El silencio sólo amedrenta a los compulsivamente parlanchines." William S. Burroughs
Hay un dicho que reza que si lo que estamos a punto de decir no es mejor que el silencio es mejor callar. Hablar por hablar es un vicio que no nos permite pensar claro, que no nos permite escuchar con atención.
Callar es crear un espacio en donde podemos dejar que nuestros pensamientos se extiendan, se complementen, se cuestionen, se renueven.
Callar es crear un mar donde quienes nos consideran dignos de su confianza pueden dejar salir sus pensamientos para verlos con nueva luz.
Callar es sentir como la voz de la inteligencia que permea todo lo que existe deshace las preocupaciones banales que en ocasiones se apoderan de nuestro corazón.
Guardar silencio es comulgar con toda la creación.
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