Thursday, August 10, 2017

La perfección es la enemiga de la acción


"No abandonamos nuestras actividades por haber perdido la esperanza en perfeccionarlas." Epicteto, Discursos, 1.2.37b

El aprendizaje idealmente es una cuestión de amor. Le dedicamos tiempo a las cosas que nos apasionan, a las cosas que nos permiten conectarnos con el presente de forma lúdica porque amamos la sensación de logro que experimentamos al estar avanzando en determinada actividad. 

Al entrar en el proceso de aprendizaje nos damos cuenta que el salir de nuestra zona de comodidad produce sensaciones y emociones que no consideramos agradables. Tenemos que hacerle frente a un buen número de fenómenos psicológicos nos quieren mantener en donde estamos porque al salir, expondríamos la idea de nosotros mismos a un contexto que nos da retroalimentación inmediata acerca de la situación presente de nuestras habilidades. 

Es decir, puedo pensar soy un aprendiz veloz, pero cuando me decido ,por ejemplo, a aprender un nuevo idioma y tengo mi primera experiencia de frustración al no poder producir rápidamente determinado sonido, puedo concluir que los idiomas no son lo mío. 

El anterior ilustra un sesgo psicológico nos lleva a ignorar el hecho de que al principio de cualquier proceso somos notoriamente incompetentes. Creemos, de forma errónea, que si algo no se con fácilidad desde el comienzo es porque hay algo inherentemente mal con nosotros y nos precipitamos a concluir que somos muy viejos, o muy gordos, o muy flacos, etc. 

Salvador Dalí dijo alguna vez que no nos preocupáramos por la perfección ya que nunca la alcanzaríamos. Entonces lo ideal es entender que la frustración es parte del crecimiento y amar el proceso, amar los pequeños logros que vamos alcanzando día a día producto de nuestra decisión seria y madura de aprender. 

Démosle carácter a nuestros caminos. Oss

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