Algo muy curioso de nuestro comportamiento es la forma rápida en que podemos encontrar culpables de todo lo que nos sucede. Hay ocasiones tan absurdas que cuando nos detenemos a analizarlas un momento, nos es difícil creer que una persona supuestamente consciente actúe así. Por ejemplo, cuando nos golpeamos contra algún objeto inanimado y procedemos a despotricar sin bridas contra él.
A la epifanía de nuestro absurdo descrito anteriormente, la podemos llevar a cualquier otro tipo de situación. Ryan Holiday nos sugiere hacer un experimento que consiste en transitar un día sin culpar a nada y a nadie por lo que está sucediendo. Esto nos lleva a asumir la responsabilidad absoluta de nuestras interpretaciones. "No estoy haciendo mi mejor esfuerzo por mejorar en lo que amo porque mi pareja no me apoya", se convierte en, "Si realmente amara lo que digo que amo, estaría en este momento haciendo mi mejor esfuerzo por conocerlo mejor, y así saber que hay mil razones para amarlo más. Con eso no tendría que usar la patética excusa del supuesto desdeño de mi mujer para no hacerlo." ¿Fácil? No lo es y no tiene porque serlo.
Jocko Willink, ex-Navy Seal norteamericano, suele decir en entrevistas que debemos asumir la responsabilidad absoluta por lo que hacemos y lo que dejamos de hacer. Afirma que convertir esa actitud en parte de nuestro carácter, nos prepara mejor para vivir una vida con mucho más sentido de propósito y de dirección.
Guardemos nuestros índices; los necesitamos para construir nuestra vida.
No comments:
Post a Comment