Sin embargo, sólo nos basta una pequeña visita a todos los momentos en que hemos actuado de una manera repudiable, para recordar que cada quien está peleando una difícil batalla y que nos convendría a todos demostrar paciencia y entendimiento para crear comunidades más cohesionadas, más cálidas y más resilientes.
Nos recomienda Marco Aurelio ser más tolerantes con los demás y más estrictos con nosotros mismos. Este idea llevada a la práctica nos lleva a ver a los demás como reflejos nuestros que están tratando, tanto como nosotros, de desplegar su esencia en un suelo fértil y acogedor.
Seamos tierra. Seamos sal.
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