Friday, August 18, 2017

Sólo los tontos se apresuran


En cualquier proceso de aprendizaje, podemos caer en un error bastante común: el apresurarnos. Queremos avanzar a pasos agigantados en los que más que ganar terreno hacia nuestro objetivo, perdemos elementos esenciales para el desarrollo armónico y estable de lo que estamos aprendiendo. 

Para evitar perder la cabeza en el afán, tener sesiones de retroalimentación constantes por parte de un mentor experimentado es una estrategia muy importante. Dichas sesiones nos permiten darnos cuenta de las cosas que estamos ignorando y, al mismo tiempo,  nos hace saber hasta qué punto nuestra autoevaluación se asemeja a la evaluación externa. Esta comparación nos brinda un grado de objetividad mucho más alto que nos sirve para saber dónde nos encontramos en el proceso de aprendizaje y nos permite crear planes de desarrollo mejor informados. 

Así como desenterrar una semilla cada media hora para ver que tanto ha crecido, el intentar frenéticamente de acelerar nuestro desarrollo torpedea nuestro crecimiento. "Del afán no queda sino el cansancio.", reza sabiamente otro refrán popular. "Vístase despacio si va de afán.", diría mi papá.", que no se queda atrás. 

Respiremos cada paso del camino. 

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