"Ya había naufragado antes de abordar....el viaje me mostró justamente eso. Me mostró cuán innecesario es mucho de lo que tenemos y cuán fácil es deshacernos de estas cosas cuando es necesario sin sentir que hemos perdido nada." Séneca, Cartas Morales, 87.1
En retrospectiva, es común ver los reveses más fuertes que hemos tenido en la vida como una suerte de bendición. Pudimos haber estado en una relación de la que no queríamos partir, haber sido despedidos de un trabajo que queríamos, haber perdido una buena suma de dinero en algún negocio que no funcionó, etc. Todos estos ejemplos de naufragios personales no son necesariamente las maldiciones que pensamos que eran mientras las atravesamos.
Si decidimos pensar que podemos transformar las cosas que acontecen en algo que nos impulse hacia nuestro desarrollo, nuestro apego a diferentes cosas que juzgamos necesarias en algún momento se disminuye. Decidir encontrar respuestas en los escombros de una historia que llegó a un fin, nos permite no sucumbir al resentimiento.
Naveguemos ligeros.
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