Las vueltas de la fortuna nos pueden traer situaciones indeseables que van a poner a prueba nuestro carácter. Un buen día, lo que considerábamos tierra firme se convierte en arena movediza que se traga las bases que nos sostenían.
Hay infinidad de cosas que se escapan de nuestro control. Las personas que nos rodean pueden decidir partir con o sin razón alguna. Nuestra salud puede tener un revés que no esperábamos. Nuestra estabilidad laboral puede ser golpeada por circunstancias inesperadas.
Aún ante estas coyunturas, nos aconsejan los estoicos, debemos saber que podemos seguir trabajando en nuestros objetivos más altos. Podemos transformar el giro brusco del destino en combustible para seguir en nuestro camino hacia la encarnación de un espíritu fuerte, compasivo e imbatible. En la historia tenemos ejemplos de personas que han tenido que afrontar verdaderos infiernos y nos han enseñado que en el alma humana yacen recursos insospechados.
Emulemos la fortaleza de nuestros ancestros más resilientes. Exploremos las posibilidades del espíritu humano.
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