"Actúa como si lo que haces hiciera la diferencia. Lo hace." William James
Entre las investigaciones más recientes acerca del proceso de aprendizaje, sobresale el trabajo del psicólogo sueco Anders Ericsson. Por lo aprendido en sus investigaciones sostiene que para poder alcanzar altos niveles de competencia en cualquier área, lo que prima no es el talento, lo que prima es la práctica deliberada.
La práctica deliberada consiste en una práctica con altos niveles de concentración más allá de los límites de la zona de comodidad. Este tipo de práctica se estructura por medio de objetivos de aprendizaje claramente planteados y requiere primeramente, la retroalimentación de parte de un tercero experto para luego, una vez afinada la capacidad de evaluar el propio proceso, continuar de manera autónoma.
Algo esencial para tener en cuenta es que la práctica deliberada exige el aplazamiento del placer a corto plazo; para alcanzar algo debemos hacer sacrificios. De la misma manera, esta práctica nos pone en contacto con la frustración de manera constante, debido a que fallar en múltiples oportunidades e implementar las enseñanzas de estos fallos, es el único camino para lograr nuestros objetivos.
La pregunta aquí es, ¿Qué tan dispuestos estamos a hacer lo necesario para adquirir nuevas habilidades o mejorar las existentes?
De la respuesta depende nuestra vida. No hay excusas.
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