"Hay quienes reciben teorías e inmediatamente quieren vertirlas sobre sus semejantes de la misma manera que un estómago indigesto quiere vaciarse. Primero hay que digerir la teoría para no vomitarla. De otra manera estará cruda, dañada y no te nutrirá. Después de que la haya digerido, demuéstranos los cambios en tu razonamiento, tal como los gimnastas nos muestran en sus cuerpos su dieta y su entrenamiento o como los artesanos nos muestran lo que han aprendido con sus obras." Epicteto, Discurso, 3.21.1-3
No importa que tipo de esquema filosófico, espiritual o político consideremos conveniente; sino hace parte de nuestra manera de relacionarnos con el mundo diariamente, es letra muerta. Es muy fácil hablar acerca de lo que creemos que es más conveniente para todo el mundo, sin embargo, si no lo estamos poniendo práctica nosotros mismo, estamos cayendo en la hipocresía.
En general, no nos gusta escuchar que tenemos que trabajar duro para obtener resultados y por eso perdemos nuestro tiempo buscando maneras de evadir el esfuerzo. Nos podemos pasar años leyendo sobre nuevas estrategias para efectuar cambios en nuestra vida. Cada nueva estrategia promete mejores resultados que la anterior, pero sino practicamos disciplinadamente alguna de ellas, el cambio nos seguirá siendo esquivo. Debemos decidir tomar en serio nuestro devenir por medio de la práctica y la reflexión.
Vivamos nuestra vida como una serie de experimentos que busca concretar metas elevadas.
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