Monday, May 1, 2017

Tu carácter es tu declaración de principios



"Imagina un personaje modelo cuyo ejemplo estés decidido a seguir en público y en privado." Epicteto 

Aunque la mona se vista de seda, mona se queda, reza un dicho popular. No escucho lo que predicas porque tus actos hablan más fuerte, reza otro. Se el cambio que quieres ver en el mundo, nos sugiere Gandhi. 

Lo anterior apunta a que tanto las apariencias como las palabras, no pueden reemplazar la encarnación callada de nuestros valores por medio de los actos. No tener claro este se presta a que caigamos en la trampa de estos famélicos sustitutos de una vida digna. El hecho de ponernos una corbata no nos dota de respetabilidad, buenos modales o sofisticación. Predicar a diestra y siniestra nuestro credo no tiene mayor efecto en las personas que saben ver a través de los velos la clase de persona que somos y no la que decimos ser.  

El encarnar nuestros principios es una labor diaria. Es necesario adquirir la humildad que da la experiencia para poder entender que estamos en un proceso que sólo será interrumpido por nuestra muerte. Sería fácil caer en el error de pensar que estamos en un nivel más elevado que los demás cuando, en la mayoría de los casos, no sabemos que cruz llevan a cuestas. 

Más que buscar la paja en el ojo ajeno, nos haría bien ver hacia dentro para darnos cuenta de todo el trabajo que tenemos pendiente en nuestra propia huerta. Dediquemos nuestra energía vital a labrar nuestro propio camino por medio del proceso de reflexión-acción que constituye nuestro carácter. 

Seamos constante devenir. 

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