"La parte más grande de la tranquilidad proviene de no hacer el mal. Aquellos que carecen de autocontrol viven vidas desorientadas y trastornadas." Séneca, Cartas Morales, 105.7
Todos los días somos parte de diferentes juegos de rol en la sociedad. Traemos el carácter que estamos encarnando a jugar con las dinámicas sociales presentes. Este carácter depende de las estructuras mentales, conscientes o inconscientes, que le dan forma a nuestros patrones de pensamiento y acción.
Si nuestro esquema de vida está basado en el encuentro entre el orden y el caos y la verdad y el engaño, debemos saber que cada acción que llevemos a cabo altera el balance de estas dos fuerzas. Si decidimos mentir, la mentira poco a poco va empieza a consumirnos porque sabemos muy bien, que estamos restándole valor a nuestra palabra. Si decidimos ser deshonestos, le estamos restando valor a nuestras convicciones.
Si decidimos vivir en la falsedad mientras proclamamos nuestra superioridad moral, tendremos que vérnolas con el dedo acusador de nuestra conciencia que jamás duerme. La tranquilidad mental de estar viviendo bajo los parámetros de lo que consideramos deseable, nos dota de respeto por nosotros mismos. Esta es nuestro ofrenda a la vida. Esta es nuestra ofrenda a nuestras comunidades.
Respetémonos.
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